El futbolista iraní Amir Nasr-Azadani fue condenado a muerte por apoyar las protestas por los derechos de las mujeres en su país. La condena del futbolista, que llegó a jugar en la primera división del país en la Iran Pro League, en el Tractor FC, se produce en un contexto de manifestaciones que tienen lugar en Irán desde hace tres meses.
Según la Federación Internacional de Asociaciones de Futbolistas Profesionales (FIFPRO), se ha anunciado que el futbolista Amir Nasr-Azadani, de 26 años, ha sido acusado por el régimen iraní de un delito llamado "moharebeh", es decir, "enemistad con Dios", según informa IranWire; Esto implica la ejecución en la horca, pena que ya sufrieron el joven Mohsen Shekari y el luchador Majid Reza Rahnavard, ahorcados en público en la ciudad santa de Mashad por los mismos cargos que Amir Nasr-Azadani, todo ello tras un juicio injusto.
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Los medios de comunicación locales también señalaron que la familia del futbolista fue amenazada en repetidas ocasiones por las fuerzas de seguridad de la República Islámica si contaban que el jugador estaba detenido, algo que finalmente se supo.
"FIFPRO está conmocionada por las informaciones que indican que el futbolista profesional Amir Nasr-Azadani se enfrenta a la ejecución en Irán tras hacer campaña por los derechos de las mujeres y las libertades básicas en su país. Nos solidarizamos con Amir y pedimos la retirada inmediata de su castigo", declaró el sindicato en un comunicado.
Por su parte, Amnistía Internacional también publicó un comunicado al respecto: "La organización ha pedido a la comunidad internacional que utilice todos los medios necesarios para presionar al gobierno iraní para que ponga fin a las ejecuciones y a la pena de muerte".
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Qatar 2022 fue una plataforma para él y un trampolín para que los jugadores iraníes dieran a conocer su postura sobre la represión del régimen iraní. En el primer partido, en el que Irán perdió ante Inglaterra por 6-2, los jugadores guardaron silencio mientras los altavoces del estadio hacían sonar el himno de su país. Desde las gradas, los aficionados iraníes aplaudieron este gesto, que suponía un espaldarazo a la oleada de protestas desatada el pasado septiembre en Irán por la muerte de Mahsa Amini, una joven kurda iraní de 22 años, tras su detención por no llevar bien puesto el velo islámico. Masha, como tantas otras, luchaba por la ampliación de los derechos de la mujer en esa república islámica del Golfo Pérsico. Al menos 326 manifestantes murieron en aquella represión del movimiento.
Tres días después, los once jugadores que saltaron al campo para enfrentarse a Gales cantaron el himno y recibieron fuertes abucheos de sus seguidores desde las gradas. Algunos gritaron, ¿qué ha pasado? El régimen israelí amenazó a las familias de los jugadores con torturarles y expulsarles de su país. Sin embargo, en las gradas los aficionados hicieron sentir su presencia y su acompañamiento a las protestas.
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En las gradas ocurrió algo más. Una mujer levantó una camiseta con el número 22 y el nombre de Amini. Junto a ella, un hombre sostenía una pancarta en la que se leía: "Mujer vida libertad". Rápidamente, el personal de seguridad le retiró los emblemas.
