El tiempo de ocio lúdico es una de las actividades humanas y animales más básicas. Es una oportunidad para hacer ejercicio y mejorar el cerebro. Para los niños pequeños es placentero y la mejor manera de aprender a resolver problemas, relacionarse con sus compañeros, seguir reglas y comprender las emociones.
El COVID-19 ha transformado el juego de los niños el año pasado. Los mandatos para el distanciamiento social, las órdenes de quedarse en casa y el refugio en el lugar separaron a los niños mayores y adultos de sus familiares y amigos. Estas restricciones dificultaron la participación de los niños más pequeños en sus actividades normales durante las primeras fases de la pandemia.
A diferencia de los preadolescentes y adolescentes que tienen redes sociales y algo de movilidad, los niños más pequeños están más aislados y rara vez pueden ir a jugar con sus amigos, o incluso ver a sus familiares. Sus principales compañeros de juegos se han convertido en sus padres y hermanos mayores.
Las tendencias recientes incluyen restricciones para compartir juguetes, clases de gimnasia sin contacto y reglas contra los juegos que impliquen tocarse entre sí. El juego en los patios de recreo y los deportes son limitados. Las clases y actividades extracurriculares como la gimnasia, la danza, el fútbol y el karate están restringidas por el distanciamiento social, la pérdida del contacto y la cantidad de niños con los que interactuar.
Las restricciones de COVID-19 de las actividades de juego resultaron en más juegos basados en pantalla que en el pasado. Durante muchos años, los pediatras y otros expertos han advertido a los padres sobre el tipo y la cantidad de juegos digitales que permiten a los niños pequeños. Sin embargo, dada la falta de alternativas durante la pandemia, el juego de pantalla se ha vuelto más popular y se está aprovechando como una herramienta para el aprendizaje y la interacción con otros compañeros.
Aunque las restricciones de COVID-19 han tenido el beneficio de dar a muchos padres más tiempo para jugar con sus hijos, el juego dirigido por adultos tiende a ser menos imaginativo y creativo. Los niños que participan en juegos de roles imaginativos con sus compañeros, como jugar a la casa, la escuela o los superhéroes, pueden asumir nuevos roles e imaginar lo que sería actuar como un adulto. Tienen la oportunidad de hacer esto solo cuando pueden jugar con otros. Las restricciones de COVID-19 a menudo limitan este tipo de juego imaginativo al juego en solitario o entre hermanos.
Dada la importancia crucial del juego en la vida de los niños más pequeños, es imperativo que los adultos consideren cómo pueden ampliar los tipos de juegos en los que los niños pueden participar durante el COVID-19. Para algunos, eso puede significar usar la tecnología para participar en juegos virtuales. Los padres ahora tienen el tiempo y la razón para jugar con sus hijos. Las familias pueden considerar comprar juguetes o herramientas que promuevan el juego creativo e imaginativo, como materiales de arte, figuras de acción, legos, bloques, muñecos y peluches. Tener oportunidades para salir y hacer actividad física es fundamental para el desarrollo social, emocional y cognitivo de los niños. Eso podría significar ir al patio o a la plaza en la mañana antes de que otros niños estén allí o encontrar algunas familias para formar su propio grupo de juegos.
Fuente: https://www.infobae.com