A medida que el ser humano envejece va perdiendo ciertas capacidades o destrezas que cuando se es joven no representaban un problema. Es muy común que las personas mayores cada vez tengan menos retentiva de ciertas cosas, por lo que según los expertos en salud es vital fortalecer el cerebro. Por eso existen ejercicios que ayudan a estimular la memoria.
1. Hacer una pausa luego de ver una película o leer un libro y reflexionar
Según la experta en neurociencia Christine Gall, detenerse y pensar en lo que se está observando es un método excelente para activar la red frontal del cerebro, “Después de una película, deténgase y piense en todos los mensajes o temas más importantes que se transmitieron”. Esto ayudará a las personas a hacer asociaciones que serán mucho más fáciles de recordar.
2. Cambiar la rutina
Realizar actividades rutinarias puede generar un sentido de desconexión con el día a día, por lo que expertos de Harvard aseguraron que cambiar pequeñas cosas de esa rutina, como intercambiar hábitos, puede ayudar a mantener al cerebro en buena forma. Un ejemplo puede ser cambiar de mano al comer o al cepillarse los dientes; según los expertos, esos cambios obligan a las células del cerebro a adaptarse y comunicarse entre sí, algo positivo pues evitará que mueran prematuramente.
3. Cerrar los ojos
Según un estudio dirigido por el doctor Robert Nash, cerrar los ojos es una práctica que ayuda a que el cerebro se concentre mejor pues evita distracciones visuales.
En el estudio Selective memory searching does not explain the poor recall of future-oriented feedback, el 70 % de los participantes que tenía los ojos cerrados respondió correctamente las preguntas realizadas, mientras que solo el 40 % de las personas que dejaron los ojos abiertos las acertaban.
“Cerrando los ojos se detiene toda distracción visual y se libera el poder del cerebro”, aseguró Nash.
4. Tomar siestas de 20 minutos
Aunque este no es como tal un ejercicio, los trastornos del sueño pueden interrumpir los procesos que activan la memoria, por eso, quienes no puedan dormir de noche deberían tomar siestas a lo largo del día para restablecer el equilibrio de la carga cerebral. Según neurocientíficos de la Universidad de Nueva York, y según reseña La Nación, 20 minutos de sueño ayudan a relajar la mente y retener los recuerdos.
Por otro lado, un estudio publicado por la revista Neurobiology of learning and Memory sostiene que las siestas deben ser de por lo menos 45 minutos para que el cerebro pueda descansar y estar activado luego.
5. Practicar sexo
Según el profesor Perry Bartlett del Instituto del Cerebro de Queensland, el sexo aumenta los niveles de prolactina, una sustancia química cerebral que ayuda a “crear y cultivar células nerviosas en el cerebro”. Además, según Investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), esta sustancia tiene propiedades protectoras y antiinflamatorias en el cerebro.
6. Activa el crítico de películas (o libros) que llevas dentro
A veces, no hay nada mejor que un relajante atracón de Netflix. Pero si quieres poner en funcionamiento esas sinapsis, baja el control remoto y reflexiona realmente sobre lo que estás observando. “Después de una película, deténgase y piense en todos los mensajes o temas más importantes que se transmitieron”, dice Christine Gall, neurocientífica . “Cuando piense en conceptos abstractos, involucrará su red frontal”.
Ya sea una película, un libro o una serie, active su crítico interno y tómese unos minutos para analizar las lecciones y los conceptos más amplios que acaba de consumir. Mejor aún, mire con un amigo y discuta lo que disfrutó, cómo lo hizo sentir y lo que aprendió. Esto te ayudará a mantenerte alerta a largo plazo, en lugar de estar siempre pasivo.
7. ¿Tienes hijos? Involucrarlos con ejercicios para el cerebro
Nunca es demasiado pronto para comenzar a fortalecer la neuroplasticidad. Para los padres con niños, Zientz recomienda entablar una conversación significativa después de la escuela o alrededor de la mesa. “Me gusta pedirles a mis propios hijos que describan su día usando tres palabras diferentes”, dice. “Incluso si no son los conceptos más complejos, los hace detenerse y pensar. Y es una forma de que los padres se relacionen con sus hijos, lo que les ayuda a desarrollar la confianza para interactuar con los adultos “.
Consejo profesional: anime a sus hijos a usar palabras diferentes cada día. Si vuelven con frecuencia a adjetivos como “aburrido” o “largo”, dígales que describan sus días con otras palabras. Hacer que piensen fuera de la caja involucrará mejor a sus cerebros y flexibilizará esos músculos que construyen la memoria.
8. Piense como un reportero
Esta es la versión para adultos del consejo anterior: en lugar de describir su día en tres palabras, intente condensar su día en un titular.
“Piense en cómo condensaría una idea compleja en una declaración provocativa o pegadiza”, añade Zientz. Nuestras redes frontales, que son responsables de las funciones sensoriales, motoras y cognitivas, se activan cuando nos vemos obligados a pensar de manera concisa. Esto debe ir más allá de simplemente decir cómo le fue en el día: sea creativo con la forma en que resume sus experiencias para aprovechar mejor esa capacidad intelectual.
9. Obtenga una perspectiva diferente
Es natural rodearnos de amigos que tienen las mismas opiniones o desplazarse por noticias que están alineadas con nuestra política. La mayoría de nosotros busca información que respalde nuestro propio pensamiento, pero esa cámara de eco puede poner nuestro cerebro en funcionamiento.
En cambio, participe deliberadamente en conversaciones con otras personas cuyas opiniones se opongan a las suyas. (Digamos, un miembro de la familia que no comparte su entusiasmo por la vacuna COVID-19, o viceversa). El objetivo no es iniciar una pelea, sino profundizar y enriquecer su propia comprensión.
“No se trata de cambiar de opinión o de otra persona, se trata simplemente de tratar de entender”, dice Zientz en un reporte a Well and Good. “Ejercer esa flexibilidad requiere un esfuerzo cognitivo”. Así que los debates de reuniones familiares son en realidad buenos ejercicios para el cerebro, ¿quién iba a saberlo?
Estos alimentos mejoran la memoria
Es recomendable consumir alimentos ricos en aminoácidos para la síntesis de los neurotransmisores, como serotonina y catecolaminas. Parte de los pacientes que presentan problemas de aprendizaje también tienen bajos niveles de serotonina, indicó el médico de Equisalud, Jorge Ángel, en el portal Hola.
Alimentos ricos en aminoácidos: ajo, pavo, almendras, cebolla, pepino, apio, pescado, arroz espárragos verdes, espinacas, berenjenas, brócoli, habas, queso, calabacín, leche, tomates, calabaza, lechuga, trigo, carnes rojas, legumbres y zanahoria.
Para mejorar la función intelectual
Las grasas buenas como el omega-3 y 6 favorecen la buena memoria y retarda el deterioro cognitivo.
Alimentos ricos en omega-3: los mariscos y los pescados como el atún, el salmón y la sardina. También el aceite de oliva, la leche o los huevos, la semilla de chía o las nueces, por nombrar algunos.
Fuente: Semana.com y La Nación