Una copa diaria podría aumentar el riesgo de sufrir un infarto o un ictus, según un estudio
Un pequeño vaso de vino cada noche podría bastar para aumentar el riesgo de sufrir un infarto, según sugiere un estudio. Los expertos descubrieron que incluso un bajo consumo diario de alcohol era suficiente para elevar significativamente la presión arterial. Los investigadores italianos afirmaron que, como resultado de su análisis, la gente debería evitar el alcohol por completo.
La presión arterial alta, conocida médicamente como hipertensión, es una de las principales causas de infartos de miocardio y accidentes cerebrovasculares.
Expertos de la Universidad de Módena y Reggio Emilia compararon las lecturas de la tensión arterial de más de 20.000 participantes, a los que se hizo un seguimiento de al menos cuatro años.
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Los voluntarios que consumieron una media de 12 g de alcohol al día vieron cómo sus valores sistólicos aumentaban 1,25 mmHg más que los abstemios.
Esto equivale a un vaso pequeño de vino o a una botella de cerveza de 330 ml.
Esta cantidad está muy por debajo de las directrices recomendadas por el NHS de no más de 14 unidades por semana, o el equivalente a unos 9 vasos pequeños de vino u ocho botellas de cerveza, o seis pintas.
Los bebedores más empedernidos, los que consumieron cuatro veces esa cantidad, experimentaron un aumento de 4,9 mmHg. La sistólica, la cifra más alta de una lectura, se refiere a la presión cuando el corazón expulsa la sangre.
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La hipertensión se considera un indicador clave de mala salud cardiaca.
Se observaron resultados similares en las puntuaciones diastólicas de los hombres que bebían en exceso. La diastólica es la presión que se registra cuando el corazón descansa entre latidos y es la cifra inferior de la lectura de la tensión arterial.
El Dr. Marco Vinceti, autor principal, afirmó: "No hallamos efectos beneficiosos en los adultos que bebían poco alcohol en comparación con los que no lo hacían".
Se sabe que el consumo excesivo de alcohol eleva la tensión arterial.
El Dr. Vinceti afirmó que a su equipo le "sorprendió un poco" ver que los niveles bajos también estaban relacionados con cambios más elevados de la presión arterial.
Y añadió: "Sin duda, el alcohol no es el único responsable del aumento de la presión arterial. Sin embargo, nuestros resultados confirman que contribuye de forma significativa". Se aconseja limitar el consumo de alcohol, y evitarlo es aún mejor".
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El Dr. Tommaso Filippini, coautor del estudio, afirma que los médicos podrían aconsejar a las personas con una tensión arterial de riesgo que reduzcan su consumo de alcohol.
Observamos que los participantes con valores iniciales de tensión arterial más elevados presentaban una relación más estrecha entre el consumo de alcohol y los cambios de tensión arterial a lo largo del tiempo", afirmó.
El Dr. Filippini añadió que las personas con presión arterial en aumento, pero que aún no padecen hipertensión, "pueden ser las más beneficiadas de un consumo de alcohol bajo o nulo".
El estudio se publicó en la revista Hypertension.
Los resultados se extrajeron de siete estudios sobre consumo de alcohol y presión arterial realizados en EE.UU., Corea y Japón entre 1997 y 2021.
En total se incluyó a 19.548 personas.
Ninguno de los participantes tenía hipertensión al inicio del estudio. Se considera que una tensión arterial sana está entre 90/60mmHg y 120/80mmHg. Los médicos pueden prescribir cambios en el estilo de vida, como más ejercicio y fármacos para reducir la tensión arterial a niveles más seguros.
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Otros factores que contribuyen a la hipertensión son el sobrepeso, el consumo excesivo de sal y cafeína, la falta de ejercicio, el estrés y la edad.
Una herramienta de detección muy utilizada por los profesionales médicos es el test AUDIT (Alcohol Use Disorders Identification Tests). Desarrollado en colaboración con la Organización Mundial de la Salud, este test de 10 preguntas se considera el patrón oro para ayudar a determinar si alguien tiene problemas de abuso de alcohol.
El test se ha reproducido aquí con permiso de la OMS.
Para completarlo, responda a cada pregunta y anote la puntuación correspondiente.
SU PUNTUACIÓN:
0-7: Se encuentra dentro de los límites razonables de consumo de alcohol y tiene un riesgo bajo de sufrir problemas relacionados con el alcohol.
Más de 8: Indica un consumo nocivo o peligroso.
8-15: Nivel de riesgo medio. Beber a su nivel actual le pone en riesgo de desarrollar problemas con su salud y su vida en general, como el trabajo y las relaciones. Considere la posibilidad de reducir el consumo (más abajo encontrará consejos).
16-19: Mayor riesgo de complicaciones derivadas del alcohol. Reducir el consumo por tu cuenta puede ser difícil a este nivel, ya que puedes ser dependiente, por lo que es posible que necesites ayuda profesional de tu médico de cabecera y/o un consejero.
20 años o más: Posible dependencia. El consumo de alcohol ya le está causando problemas y es muy posible que sea dependiente. Deberías plantearte dejar de beber gradualmente o, al menos, reducir tu consumo. Debe buscar ayuda profesional para determinar el nivel de dependencia y la forma más segura de dejar el alcohol.
La dependencia grave puede requerir una abstinencia asistida médicamente, o desintoxicación, en un hospital o una clínica especializada. Esto se debe a la probabilidad de que en las primeras 48 horas aparezcan síntomas graves de abstinencia alcohólica que requieran tratamiento especializado.