Llevamos aproximadamente año y medio de pandemia, y los gobiernos parecen estar apostándolo todo a la vacunación masiva con el fin de lograr retornar a la normalidad. Y en esa búsqueda de un alto porcentaje de vacunados, parecen estar decididos a tomar medidas que van de lo 'curioso' a lo extremo como es el caso en una región de Pakistán.
O te vacunas o bloqueamos tu móvil
Y es que las autoridades regionales de la provincia de Punyab, en Pakistán (la más poblada del país, de hecho), han decidido que a aquellos ciudadanos que se nieguen a vacunarse se les desactivará la tarjeta SIM. Una medida que es aún más dura de lo que parece, pues en muchas zonas del país el smartphone constituye el único ordenador y la única conexión a Internet de la que muchos de sus habitantes pueden disponer.
Ya la semana pasada, la cuenta de Twitter del Departamento de Atención Sanitaria de Punyab advertía de la aprobación de esta medida, a la espera de que las autoridades nacionales dieran luz verde a la misma. Días después, los medios se hacían eco de que el gobierno punyabí estaba ya trabajando junto a la Autoridad de Telecomunicaciones de Pakistán para implementar su plan.
Por lo que se sabe por ahora, se dará a conocer a la ciudadanía una fecha límite hasta la cual la gente tendrá margen para aceptar ponerse la vacuna contra la COVID-19 (recordemos que en Pakistán las vacunaciones se están realizando sin cita previa). Una vez alcanzado dicho límite, empezarían a desactivarse las tarjetas SIM de los 'rebeldes'.
Según la ministra (consejera) de salud de Punyab, Yasmin Rashid, el motivo de que las autoridades estén haciendo "todo lo posible" para obligar a las personas a vacunarse radica en que los que se niegan están, según sus propias palabras, "poniendo en riesgo las vidas de quiénes ya están vacunados".
El gobierno regional confía en que esta medida les permita acelerar el ritmo de vacunaciones hasta el punto de poder cumplir con el objetivo asignado desde el gobierno federal: 67 millones de personas a finales de año. El problema es que, entre febrero y el 1 de junio, sólo habían sido capaces de vacuna a 4,2 millones.
Pakistán es un país especialmente poco partidario de las vacunas: no sólo el 30% de sus ciudadanos declararon no estar dispuestos a ponerse la de la COVID-19 antes de que comenzara la campaña de vacunación, sino que el porcentaje de los que opinan igual entre los profesionales sanitarios se mantiene en el 20%.
Fuente: https://www.genbeta.com/