Los países donde predomina la fe musulmana, al grado de formar parte indisoluble del sistema de gobierno, son conocidos por el trato desigual que dan a la población femenina, a veces francamente cruel e inhumano, de marginación y amplias limitaciones en ámbitos de desarrollo personal como la educación, el trabajo o la política.
En este contexto, Arabia Saudita ha descendido un nivel más en la escala de la violencia contra las mujeres, al establecer un sistema de mensajes de texto SMS que alerta a los “guardianes” de una mujer (casi siempre su padre, su esposo o un hermano) cuando esta se encuentra en camino de abandonar el país (acción que requiere del consentimiento por escrito por parte de su guardián masculino, sin importar la edad de la mujer).
El sistema se descubrió cuando un ciudadano saudí y su esposa se disponían a abordar un avión en el aeropuerto internacional de Riyadh; antes de subir, el hombre comenzó a recibir varios mensajes en su teléfono alusivos a la partida de su mujer, clasificada como “dependiente” en la lista de carnés de identidad nacional.
Preocupado por esta situación —que según parece no era del todo pública—, el hombre contactó a Manal al-Sherif, una defensora de los derechos de las mujeres en Arabia Saudita, quien de inmediato comenzó a difundir la información, especialmente a través de Twitter y también por otros medios locales.
Ante la presión, el Ministerio del Interior del país emitió un comunicado en el que si bien fue incapaz de negar la existencia del sistema de alertas, aseguró que la función de este no es conectar a las mujeres con sus guardianes. Sin embargo, también por Twitter, comenzaron a circulas más evidencias y testimonios de mensajes similares a los que había recibido el susodicho hombre en el aeropuerto de Riyadh.
“No tiene nada que ver con el Islam. La ironía es que estamos usando tecnología del siglo XXI para servir a nuestras ideas oscurantistas”, dijo al respecto al-Sherif.
Al matizar la relación con el Islam, la activista hace referencia a que la prohibición de que una mujer no viaje sola y, por el contrario, lo haga en compañía de un guardián, no emana estrictamente del Corán, sino de un hadiz (????), palabras o acciones supuestamente pronunciadas o realizadas por el profeta Mahoma (o algún imán en la tradición chiita), relatadas por sus amigos o compañeros y recogidas después por la jerarquía religiosa. En este sentido, para algunos los hadiz pueden considerarse un tipo de jurisprudencia.
“Una mujer no debe viajar sola sin un mahram. Ningún hombre puede entrar en la casa de una mujer a menos que haya un mahram con ella.”
Un hombre se puso de pie y preguntó al Profeta de Alá (la paz sea con él): “¡Oh, Mensajero de Alá, mi esposa va en Hajj (peregrinación), mientras que yo quiero participar en una batalla, ¿qué debo hacer?” El Profeta de Alá (la paz sea con él) dijo: “Ve con ella.”
Funte: Pijamasurf