El meteórito caído en Los Urales, bautizado ya como el 'Bólido de Cheliabinsk', fue captado por las cámaras que llevan muchos coches de Rusia. Las imágenes son impresionantes. Pero no lo son más que los testimonios de los testigos. Casi un millar de personas resultaron heridas, centenares de niños entre ellos.
"Estaba sentado de espalda a la ventana cuando un resplandor me cegó durante un par de segundos", explica Danila Afanásiev, residente en la ciudad de Cheliábinsk. En un instante cogió la cámara y empezó a sacar fotos de la estela que había dejado el cuerpo astral en el cielo.
Unos cuatro minutos después de ver el resplandor, Afanásiev estaba subiendo a Internet las fotos cuando oyó un estallido que estremeció a todo el barrio. "Tenía la ventana abierta. Será por eso que no se rompió. Frente a mi casa muchas ventanas y puertas de los balcones saltaron en mil pedazos", recuerda.
Las autoridades cifran en 100.000 metros cuadrados los cristales que saltaron por los aires debido a las explosiones, lo que dejó a centenares de viviendas sin protección en pleno invierno.
Los habitantes del zoológico de Cheliábinsk, sobre todo los caballos y los lobos, tuvieron signos de inquietud horas antes de la llegada del meteorito, cuyos fragmentos cayeron esta mañana sobre esa ciudad rusa de los Urales, causando destrucciones y más de un millar de heridos, según datos de última hora.
“En la noche, los animales sintieron pánico. Sobre todo los lobos y los caballos. Ahora ya se calmaron. Esperamos que esta noche (cuando, según se espera, pasará cerca de la Tierra el asteroide DA14) todo vaya a estar bien”, declaró a RIA Novosti una empleada del zoo.
Al mismo tiempo, la llegada del bólido no fue captada por los sistemas de defensa antiaérea rusos y estadounidenses, que son por ahora incapaces de detectar a tiempo la caída de meteoritos, según comentó a RIA Novosti el redactor jefe de la revista rusa “Defensa Nacional”, Ígor Korótchenko.
Los fragmentos del meteorito, que se desintegró en las capas bajas de la atmósfera terrestre, cayeron sobre la provincia de Cheliábinsk en la mañana de este viernes. La “lluvia de fuego” produjo una honda expansiva que hizo saltar los cristales en numerosos edificios, incluidos colegios y hospitales, y causó casi un millar de heridos, en su mayoría de carácter leve.
Mientras, una representante del zoológico de Ekaterimburgo, otra ciudad rusa de los Urales, a unos 200 kilómetros de Cheliábinsk, comunicó que sus animales no reaccionaron de ninguna manera ante la llegada del bólido, en cambio las autoridades confirmaron el paso del meteorito por esa ciudad.