En su “alocución dominical”, Assange, que tuvo que aparecer en el balcón de la embajada ecuatoriana puesto que las zonas comunes del edificio donde se encuentra la legación diplomática son territorio británico y podría ser detenido en las mismas, agradeció al pueblo ecuatoriano y a su presidente, Rafael Correa, la concesión del mencionado asilo diplomático.
A continuación pidió al persidente Obama que “haga lo correcto y cese la caza de brujas que ha emprendido contra Wikileaks”. También pidió la liberación del soldado Bradley Manning, a quien consideró “un ejemplo para todos y un héroe”. Agradeció su labor a todos los que están informando de esta cuestión y reiteró su agradecimiento a Ecuador por la concesión del estatus de “asilado diplomático”.
El problema es que dicho estatus no sería una solución definitiva ya que el país donde se encuentra la embajada, Reino Unido, debería conceder el permiso (mediante salvoconducto) para que el sujeto receptor de dicho estatus pueda abandonar el país, y no parecen muy por la labor dado que antes de que Assange se refugiase en la embajada ecuatoriana el gobierno de Londres estaba a punto de conceder la extradición del fundador de Wikileaks a Suecia, país donde se le acusa de agresión sexual a dos mujeres con las que Assange reconoce haber mantenido relaciones, pero consensuadas.
Ecuador podría afrontar "consecuencias económicas desastrosas" por dar asilo político al fundador del sitio WikiLeaks, Julian Assange, advirtió este martes el diario The Washington Post en un editorial.
Señaló que Estados Unidos permite a Ecuador que exporte muchos productos libres de impuestos que apoyan unos 400,000 trabajos en un país de 14 millones de habitantes y representan la tercera parte de las ventas al extranjero de ese país.
"El Congreso puede fácilmente decidir disminuir ese privilegiado acceso comercial a principios del próximo año", sostuvo el diario capitalino, que preguntó si realmente vale la pena ese riesgo para Ecuador por proteger a Assange.
Indicó que el presidente ecuatoriano, Rafael Correa, ha comenzado a dar señales de establecer la misma clase de "autocracia" de su colega venezolano Hugo Chávez, que incluye ataques a la libertad de prensa.