Para el director regional de Economist Intelligence Unit para Oriente Medio, David Butter, hay el temor de que esta inauguración pueda interpretarse como el segundo ataque de irreverencia del emirato.
El primero fue en noviembre de 2008, dos meses después del colapso del banco estadunidense Lehman Brothers, cuando Dubai gastó 24 millones de dólares en la ceremonia de apertura del hotel Atlantis, acto que resaltó el gusto por la extravangancia e hizo creer que la crisis económica global no era tomada en serio.
Dubai registró un crecimiento acelerado de tres décadas que terminó con un auge de seis años en el sector de la construcción, con rascacielos, hoteles, islas artificiales y conjuntos residenciales alzados en medio del árido paisaje de la zona.
Apenas el 25 de noviembre pasado, Dubai sacudió al mundo cuando anunció que había pedido la suspensión de pago de miles de millones de dólares ligadas a Dubai World y sus unidades inmobiliarias, entre ellas la desarrolladora de las islas artificiales en forma de palmera en las que se construyeron algunas de las mansiones más costosas del planeta.
Con el préstamo por 25 mil millones de dólares a Dubai, Abu Dhabi podría aprovechar para centralizar a los Emiratos Árabes bajo su control, en una acción que reduciría significativamente la independencia y quizá cambiaría su característico estilo de libertad.
Los expertos creen que los problemas financieros de Dubai no han dañado las ventas en el edificio