Los mayores temores de los niños son la oscuridad, el monstruo del armario y abrir un regalo que resulte ser una PolyStation. Al menos para los nacidos entre finales de los 80 y principios de los 90. No había mayor desgracia que un familiar poco ducho en videojuegos se tuviese que encargar del regalo de Navidad, porque ahí aumentaban las posibilidades de que algún dependiente sin escrúpulos les endilgase una PolyStation haciéndoles creer que estaban llevándose la consola con la que todos los niños soñaban.
Los años duros de PolyStation ya han pasado. El auge del videojuego en móviles y tablets se ha llevado la necesidad de encontrar alternativas baratas para el ocio doméstico. ¿Qué fue de aquellas funestas consolas que aparentaban ser quien jamás fueron? ¿Cómo eran realmente? ¿Quién estaba detrás de ellas? ¿Por qué arruinaron tantas infancias?
PlayStation por fuera, NES por dentro
Aunque las conocemos sobre todo por la "marca" PolyStation, hay multitud de consolas clónicas con nombres distintos pero arquitecturas bastante similares. El motivo es que por dentro, todas esas clónicas eran prácticamente iguales: funcionaban con un cartucho como los de NES, aunque por su diseño aparentasen contener un lector de discos. Por ejemplo, en esta foto podemos ver a la izquierda una PolyStation que imita el diseño de la PlayStation original. A la derecha, otro que imita el diseño de la PS One, de la misma generación pero más reducida.
Cualquiera diría a simple vista que funcionan con discos compactos, como las consolas que aparentaban ser. En realidad no. Otra foto de la misma PolyStation de la izquierda, con la ranura para cartuchos a la vista.
Una curiosidad: la mayoría de los cartuchos originales de NES también funcionaban en estas consolas. Con un nivel gráfico algo más pobre que en la consola original, pero funcionaban. Otra "ventaja" de estas consolas era que podían ejecutar tanto cartuchos europeos como japoneses.
El motivo de la existencia de las propias PolyStation -y clones en general-, así como de su funcionamiento mediante cartuchos, lo encontramos en el nacimiento de los NOAC (NES on a Chip), una tecnología aparecida a principios de los noventa que permitía reducir la placa base de la NES a un chip diminuto y bastante asequible.
La llegada de los NOAC permitió no solo que cualquiera pudiese fabricar su propia variante de la NES, sino también hacerlo en el diseño que se deseara: las limitaciones espaciales que suponía la placa base original habían desaparecido. El único problema entonces era la ilegalidad de distribuir famiclones, como se les empezó a llamar haciendo un juego de palabras con Famicom, el nombre con el que se conocía en China a la NES, fruto de la unión de Family Computer.
Así, fabricar famiclones siempre fue ilegal por una cuestión de patentes y derechos de propiedad intelectual. ¿Adivinan quién se animó a ello? ¡Bingo! China vio nacer a varias pequeñas empresas que se dedicaron a fabricarlos con la idea de venderlos, principalmente, en países poco desarrollados económicamente como para vender en masa consolas originales, pero con el suficiente desarrollo como para tener televisores en la gran mayoría de los hogares. Así se explica que varios países latinoamericanos viesen un auge de estas videoconsolas.
Otro requisito básico para la venta de famiclones en mercados extranjeros era que fuesen países cuanto más laxos mejor respecto a las leyes de propiedad intelectual y patentes. A falta de libertad total de movimientos para vender estas consolas, se recurría a limitar su comercio a pequeñas superficies, dejando fuera a franquicias y grandes almacenes. Y ya puestos a fabricar barato y saltándose a la torera las patentes de Nintendo... ¿por qué no ahorrar en diseños propios y hacerlas con diseños de Sony? Y así ocurrió: las PlayStation dieron imagen y nombre a la mayoría de las nuevas creaciones... las PolyStation. Hubo otras consolas que también fueron "inspiración" para estos clones, aquí podemos ver unas cuantas.
A día de hoy, la presencia de las PolyStation, al menos en España, es prácticamente inexistente. Algunas posibles causas son la masificación de las videoconsolas, algo que ha hecho mucho más fácil la detección de estas como plagios, o la llegada del smartphone y la tablet, algo que ha decantado el entretenimiento infantil hacia estos dispositivos. Las consolas baratas que conectar a la tele ya no solo son innecesarias, sino también una molestia: ocupan una tele, cosa que las tablets no.