Es lo que pretende conseguir un ruso con un multimillonario proyecto bautizado “Iniciativa 2045? pues es ese el año en el que pretende que podamos realizar esa transferencia de conciencia estilo “Avatar”.
El proyecto del ruso Dimitri Itskov (ya sabes, Dimitri lo sabe todo) pretende seguir una serie de etapas que culminarían en 2045 con el desarrollo tecnológico que haga posible este sueño.
En una primera fase, que abarcaría entre 2015 y 2020 en que podríamos controlar de forma remota una copia robotizada de nuestro propio cuerpo, un poco al estilo de lo que el cine avanzó recientemente en “Los sustitutos“. En la siguiente etapa, que llegaría hasta 2025, nuestro cerebro sería trasplantado a uno de estos ingenios cuando llegase nuestro fallecimiento. Esto ya empieza a parecer un poco “Futurama“.
Progresivamente la tecnología iría haciendo posible que en la siguiente etapa, entre 2030 y 2035 se prescindiese de la parte biológica para transferir el contenido de nuestro cerebro a uno artificial, donde nuestra conciencia, recuerdos, personalidad… quedarían almacenados.
Por último, en torno a 2040-2045 (de ahí el nombre del proyecto) se prescindiría por completo de la parte física, seríamos seres virtuales y nuestra corporeización se realizaría mediante hologramas. A partir de ese momento nuestro único miedo sería que se fundan los plomos del servidor donde están almacenados los datos que componen nuestro ser.