La datación de la huella conocida más antigua de un ser vivo sobre nuestro planeta es ahora 30 millones de años más antigua. Se trata de una babosa que deambulaba por aquella época en los alrededores de Cerro Largo (al noroeste de Montevideo). Media un centímetro y se arrastraba penosamente por el fango donde dejó impreso su rastro, que ha sido recientemente descubierto… 585 millones de años más tarde.
Estamos hablando de un primitivo animalico de simetría bilateral con tubo digestivo y órganos diferenciados, características que se han podido conocer gracias precisamente al rastro que dejaba al arrastrarse por el fondo del océano gracias a sus músculos.
Más de dos años han tardado los investigadores de la Universidad de Alberta (Canadá) en concretar y confirmar estos datos, siendo corroborados por otros grupos ajenos. No es para menos puesto que suponía remontarse, como ya hemos mencionado, 30 millones de años más atrás en el tiempo con respecto al ser vivo que mantenía el record de antiguedad en las huellas que había dejado de su remoto paso por este mundo. Se trataba de animales bilaterales hallados en Rusia datados hace 555 millones de años.
Se conoce exitencia de sencillas formas de vida en nuestro planeta desde hace 3.500 millones de años. Tuvieron que transcurrir 3.000 millones de años para que algo comenzase a arrastrarse por el fango primigenio