Décadas antes de que supiésemos que las aves son capaces de detectar el campo magnético de la Tierra y de que se aprovechan de el para orientarse, el famoso físico Albert Einstein ya había vislumbrado esta teoría, y ahora tenemos pruebas de ello después de que haya salido a la luz una carta inédita del científico alemán.
La carta de Einstein era una respuesta a una misiva que le había dirigido Ghyn Davys, un ingeniero de radares de la Marina Real Británica, que probablemente le planteó una pregunta sobre los mecanismos de percepción de algunos animales, aunque a día de hoy no se conserva la carta original de Davys. La carta de Einstein ha sido rescatada por un grupo de investigadores de la Universidad RMIT de Melbourne, que pretenden analizar como Einstein y el etólogo austríaco Karl von Frisch fueron capaces de adelantarse a los recientes descubrimientos sobre la forma de orientación de animales como las aves y las abejas.
“Es concebible que la investigación del comportamiento de las aves migratorias y de las palomas mensajeras pueda algún día conducir a la comprensión de algún proceso físico que aún no se conoce”, escribió Einstein en su carta dirigida a Davys.