La foto más famosa de nuestro planeta, la llamada “Canica Azul” (Blue Marble), ya tiene una sustituta. Si esta era un puzzle de distintas fotografías hasta conseguir una visión de conjunto de la Tierra ahora hablamos de una imagen realizada en una única toma, con lo que además se convierte en la fotografía de nuestro mundo con una mayor resolución. Ocupa 121 megapíxels, equivaliendo cada uno de ellos a casi un kilómetro.
La fuente de esta fotografía planetaria no es ni la NASA ni la ESA.
Las agencias espaciales estadounidense y europea no han podido arrogarse el mérito, ha sido Rusia quien se ha adelantado (como en los inicios de la carrera espacial) al hacer la foto con su satélite meteorológico Elektro-L, que por cierto, tiene nombre de juguete setentero de iniciación a la electrónica recreativa.
El satélite Elektro-L está situado en órbita geostacionaria (la famosa órbita Clarke, en memoria del escritor de ciencia ficción, divulgador científico e ingeniero que la calculó) enviando imágenes cada media hora a través de una conexión con el control de tierra de ancho de banda variable entre 2,5 y 16,3 Megabits por segundo.
La imagen resultante (y el vídeo del hemisferio norte que tienes a continuación) combinan cuatro tipos de onda de luz, tres visibles y una infrarroja. Lo que ves en color naranja es vegetación.
El proceso de obtención de estas fotografías y vídeo es a fin de cuentas una simulación de una fotografía convencional de tres colores rojo-verde-azul. El infrarrojo cercano es un indicador de la presencia de vegetación debido a que las plantas reflejan ese tipo de radiación casi tan bien como el color verde.
La foto más famosa de nuestro planeta, la llamada “Canica Azul” (Blue Marble), ya tiene una sustituta. Si esta era un puzzle de distintas fotografías hasta conseguir una visión de conjunto de la Tierra ahora hablamos de una imagen realizada en una única toma, con lo que además se convierte en la fotografía de nuestro mundo con una mayor resolución. Ocupa 121 megapíxels, equivaliendo cada uno de ellos a casi un kilómetro.
La fuente de esta fotografía planetaria no es ni la NASA ni la ESA.
Las agencias espaciales estadounidense y europea no han podido arrogarse el mérito, ha sido Rusia quien se ha adelantado (como en los inicios de la carrera espacial) al hacer la foto con su satélite meteorológico Elektro-L, que por cierto, tiene nombre de juguete setentero de iniciación a la electrónica recreativa.
El satélite Elektro-L está situado en órbita geostacionaria (la famosa órbita Clarke, en memoria del escritor de ciencia ficción, divulgador científico e ingeniero que la calculó) enviando imágenes cada media hora a través de una conexión con el control de tierra de ancho de banda variable entre 2,5 y 16,3 Megabits por segundo.
La imagen resultante (y el vídeo del hemisferio norte que tienes a continuación) combinan cuatro tipos de onda de luz, tres visibles y una infrarroja. Lo que ves en color naranja es vegetación.
El proceso de obtención de estas fotografías y vídeo es a fin de cuentas una simulación de una fotografía convencional de tres colores rojo-verde-azul. El infrarrojo cercano es un indicador de la presencia de vegetación debido a que las plantas reflejan ese tipo de radiación casi tan bien como el color verde.