Las previsiones apuntan a que podrían impactar en algún punto indeterminado entre los paralelos 41 norte y sur, Se trata de una zona amplísima, en la que principalmente hay océano, y la mayor parte de la nave se desintegrará.
El cohete chino de gran tamaño que viaja sin control alrededor de la Tierra a una velocidad de 28.000 kilómetros por hora, podría entrar en la atmósfera a las 1:59 de la madrugada del sábado al domingo (horario peninsular), según las últimas estimaciones, aunque el margen de error actual es de más menos 7 horas y 45 minutos. Según estos cálculos realizados a partir de observaciones y modelos matemáticos, los restos del cohete podrían impactar en algún punto entre los paralelos 41 norte y sur. Y con mayor probabilidad en las aguas del océano Atlántico, seguidas de las del Pacífico y las del Índico.
"A medida que el cohete vaya perdiendo altura en su órbita elíptica se podrá reducir esta incertidumbre", ha señalado a la agencia EFE Jorge Lomba, jefe del departamento de Espacio del Centro para el Desarrollo Tecnológico e Industrial (CDTI). Las estimaciones más certeras, por tanto, sólo se podrán hacer unas pocas horas antes del reingreso, recalca este experto.
Es cierto, agrega, que en esta amplísima zona se encuentra una parte de Europa y en concreto España, pero las posibilidades de que los restos caigan en superficie terrestre son muy bajas: "La probabilidad de que caiga en España ha aumentado un 50% en las últimas 12 horas, pero sigue siendo muy baja", explica Lomba, quien especifica que "durante las 15 horas en las que podría producirse la entrada en la atmósfera terrestre, sobrevolaría territorio español durante menos de tres minutos".
El Centro de Operaciones de Vigilancia Espacial del Ejercito del Aire está realizando un seguimiento de la trayectoria del núcleo central del cohete.
Defensa ha explicado que el COVE, "como centro militar encargado de velar por la vigilancia espacial", está monitorizando el objeto "con datos actualizados de trayectoria y predicciones de reentrada en la atmósfera procedentes de diversas fuentes" a las que el Ejército del Aire tiene acceso, así como con observaciones obtenidas del radar de vigilancia espacial (S3TSR) situado en la base aérea de Morón y de otros sensores que forman parte de la red del consorcio europeo EU-SST, (European Union Space Survelliance and Tracking), en el que España participa a través del S3TOC (Spanish Space Survelliance and Tracking Operations Centre).
Desintegración durante la reentrada
Tanto el Pentágono (Estados Unidos) como el Servicio de Vigilancia y Seguimiento Espacial de la Unión Europea (EUSST) están monitorizando el cohete chino que está fuera de control y ven poco probable que caigan restos del mismo en zonas pobladas de la Tierra. China también ha asegurado que es "altamente improbable" que los restos del cohete causen daños en su regreso a la Tierra y afirma que estos se desintegrarán durante su reentrada a la atmósfera.
En esta línea, el propio ministro de Ciencia e Innovación español, Pedro Duque, ha asegurado que "la mayoría de los restos se desintegrarán durante su reentrada en la atmósfera". El ministro, que también es ingeniero aeronáutico, ha recordado que en su día hizo algún estudio de reentrada de cohetes sin control y que "es dificilísimo conocer el área concreta de impacto hasta pocos minutos antes".
Un planteamiento que también ha defendido José Morales, responsable de operaciones de las misiones de observación de la Tierra de la Agencia Espacial Europea (ESA), quien ha asegurado en el Canal 24 Horas que, aunque "la probabilidad no es cero", que una persona se vea afectada por "basura espacial procedente de las partes del cohete chino que no se han desintegrado al entrar en la atmósfera" son "realmente muy bajas", y ha puntualizado que "es más probable que tengas un accidente de coche". Morales ha recordado que el 75% de la Tierra es océano, por lo que esos restos tienen una mayor probabilidad de impactar en agua.
Long March 5B
El cohete, un Long March 5B, que fue utilizado la pasada semana por China para lanzar al espacio uno de los módulos de su futura estación espacial, tiene una masa estimada de entre 17 y 21 toneladas y una longitud de unos 30 metros, lo que lo convierte en uno de los mayores trozos de escombros que reentrarían en la atmósfera, de ahí su vigilancia continuada.
No es la primera vez que una nave china está en el punto de mira de servicios de vigilancia de todo el mundo, incluido España. En abril de 2018 el laboratorio orbital Tiangong 1, que estaba en desuso desde 2016 y que vagaba sin control por el espacio, reentró en la atmósfera terrestre sobre el océano Pacífico sur, sin causar daños. En aquella ocasión, como en esta, se informó en tiempo real de la reentrada a los servicios de protección civil de toda Europa, que se seguirán actualizando las predicciones dos veces al día, tanto el viernes como el sábado.
Fuente: RTVE