A la alcaldesa Susana Villarán se le ocurrió, el pasado viernes, cantar el himno no oficial de la banda terrorista Sendero Luminoso, el huayno Flor de Retama, en un acto público. Lo hizo dos días después de una reunión en la que recibió el apoyo de la izquierda enemiga de la economía de mercado y de la inversión privada. Grave error que le costará caro en la campaña por la revocación.
Anticipándose a las críticas, Villarán justificó su actitud diciendo que aquel huayno fue usurpado por Sendero y que en realidad es un homenaje a “los estudiantes de Huanta que lucharon por el pasaje estudiantil”. Aludió así a la asonada del 21 y el 22 de junio de 1969, en Ayacucho y Huanta, que dejó cuatro muertos y decenas de heridos.
Villarán conoce perfectamente aquellos hechos, pero voy a ayudarla a hacer memoria. Aquella asonada estalló el 21 de junio en Huamanga – allí ocurrieron las muertes – y continuó al día siguiente en Huanta. Fue promovida por el Frente de Defensa del Pueblo de Ayacucho (FDPA), que estaba controlado por el Partido Comunista (PCP) ayacuchano, que encabezaba Abimael Guzmán.
Semanas antes de la revuelta, los seguidores de Guzmán difundieron la mentira de que el gobierno militar izquierdista iba a eliminar la gratuidad de la enseñanza. Aplicaron el mismo libreto que hemos visto después en Tambo Grande (“va a desaparecer el limón”), Cajamarca (“están envenenando el agua”), y en Celendín (“en Porcón no hay bosque, son fotos de Suiza”). Los pupilos de Guzmán – principalmente alumnos de secundaria y universitarios fanatizados – se movilizaron por comunidades campesinas y barrios marginales. En realidad, el gobierno militar de izquierda promovió mas bien la estatización total de la educación.
La “defensa de la gratuidad de la enseñanza” que evoca Villarán fue una coartada para que Guzmán realizara su primer ensayo de asonada armada, en la perspectiva de plasmar el genocidio que llamó “guerra popular”. Aquellos dos días, turbas de campesinos encabezadas por cuadros del PCP saquearon locales públicos y privados, y atacaron los puestos policiales.
Unos meses después, en 1970, Guzmán y su grupo (“fracción roja”) rompen con el PCP Bandera Roja y nace así Sendero Luminoso, que ejercía la mayor influencia en la Federación de Estudiantes de la universidad de Huamanga (FUSCH), el Frente Estudiantil Revolucionario (FER), la Federación de Barrios, y el FDPA. Guzmán inició entonces los preparativos para iniciar su “lucha armada”, reivindicando la “gesta” del 21 y 22 de junio de 1969.
Es a esa jornada extremista a la que alude la canción Flor de Retama, cuya letra evoca la “sangre derramada del pueblo”, y la “pólvora y dinamita”, armas predilectas de Sendero. ¿Quién podría negar su esencia senderista? Solo quienes niegan la realidad, o simpatizan con la violencia subversiva.
Lo más lamentable de este incidente es que, con su gesto, la alcaldesa ha agraviado a los familiares de las víctimas de Sendero Luminoso, que siguen esperando justicia, y a la memoria de quienes fueron asesinados, violados, humillados, torturados por Sendero Luminoso.
Por otro lado, la familia Villarán De la Puente se había topado antes con Sendero Luminoso. Jimmy Wensjoe, ex esposo de Rosa Villarán, hermana de la alcaldesa, fue detenido en Ayacucho el 28 de febrero de 1982, día en que Sendero intentó asaltar la cárcel de Huamanga. Wensjoe fue internado herido, bajo custodia policial, en el hospital de esa ciudad.
Rosa Villarán niega que su ex marido haya participado en esos hechos. Dice que Wensjoe estaba de casualidad paseando en Ayacucho y que lo detuvieron por gusto. La policía, sin embargo, sostiene que Wensjoe sí participó en el ataque y resultó herido en la refriega.
La noche del 2 de marzo – dos días después – Sendero volvió a atacar el penal y esta vez logró su propósito: asesinó a tres policías y liberó a 254 presos. Esa misma noche, un grupo de policías decidió hacer justicia con sus propias manos y asesinó a los detenidos del primer ataque que estaban en el hospital, entre ellos a Wensjoe. Los autores de este crimen fueron después detenidos, juzgados y sentenciados.
Los hechos señalados demuestran que Susana Villarán conoce perfectamente a Sendero, y también sabe que Flor de Retama es el himno no oficial de esa banda terrorista. La alcaldesa está obligada a pedirle perdón a las víctimas del terrorismo y al país por semejante agravio.
A ellos que apoyaran por el NO. La ciudad de Lima no se detendrá.