Para muchos ha sido sorpresa que el candidato Pedro Castillo encabece las preferencias presidenciales del electorado, pese al manto de sospechas de su relación con Movadef, brazo político de Sendero Luminoso.
También sorprende que el segundo lugar sea para Keiko Fujimori, quien tiene sendos procesos judiciales por presunta corrupción. Solo nos queda decir que nuestra suerte está echada (alea jacta est) y tendremos que tomar una decisión.
Por un lado, Pedro Castillo pretende aparecer como un modesto maestro que emerge como un nuevo líder del campo a la ciudad. Sin embargo, sería el globo de ensayo de Abimael Guzmán, quien desde 2004, pretende arremeter en la política peruana para crear bases para su enfermizo “comunismo”, para lo cual formuló su “plan de construcción”, que incluye un programa completo de cómo reclutar personas y organizaciones políticas de izquierda.
Para tal fin, el senderismo utiliza desde 2017 a Pedro Castillo, quien, como parte del Sute-Conare (organismo totalmente dominado por los terroristas) convocó a una huelga de maestros haciéndoles creer que era para reivindicar sus derechos, pero él mismo sabía que era la gimnasia política de Sendero Luminoso para entrar a la política.
No olvidemos que Movadef organizó 56 “bases” a nivel nacional para pretender inscribirse en el JNE, y al no lograrlo, son utilizadas, como en este caso, para impulsar candidaturas políticas. No nos extrañe que, para las siguientes elecciones regionales y municipales de 2022, ya estén preparando candidatos.La estrategia senderista es ambiciosa y no se detendrá.
Por otro lado, la candidatura de Keiko Fujimori, de quien son públicos sus serios problemas con la justicia, ha develado que un sector de la población parece no importarle su tema judicial y votó por ella, debilitándose así el voto antifujimorista que por años fue motivado por el recuerdo repugnante de corrupción en el gobierno de su padre, Alberto Fujimori, y su asesor Montesinos. ¿La población cree que la señora Fujimori tiene derecho a una segunda oportunidad? Que hablen las ánforas.
Desde esta columna hago enérgico llamado a Pedro Castillo y Keiko Fujimori, y los insto a que su discurso tenga propuestas reales y no mentirles a los ciudadanos que les entregarán sus votos, que sinceren sus propuestas y se comprometan a renunciar a venganzas políticas, que no usen las agencias de inteligencia ni la fuerza pública para sus propios intereses personales o políticos. El país, más que cambios estructurales, en lo inmediato, necesita pan en sus mesas, trabajo, seguridad, vacunas, camas UCI, oxígeno y, lo principal, honestidad e integridad.
Fuente : Perú 21