Luisiana ha dejado de pedirle al gobierno federal su asignación completa de la vacuna contra COVID-19. Aproximadamente tres cuartas partes de los condados de Kansas han rechazado nuevos envíos al menos una vez durante el último mes. Y en Misisipi, los funcionarios pidieron al gobierno federal que enviara los antígenos en paquetes más pequeños para que no se desperdiciaran.
A medida que el suministro de la vacuna contra COVID-19 en Estados Unidos supera la demanda, algunos lugares del país descubren que hay tan poco interés en las inyecciones que necesitan rechazar los envíos.
“Es una especie de estancamiento. Algunas personas simplemente no las quieren”, señaló Stacey Hileman, enfermera del departamento de salud en Decatur, en Kansas, donde menos de un tercio de los 2.900 residentes del condado han recibido al menos una dosis.
La menguante demanda de vacunas ilustra el desafío al que se enfrenta Estados Unidos para tratar de controlar la pandemia y, al mismo tiempo, lidiar con la óptica de decenas de miles de dosis que se ubican en los estantes, cuando países como India y Brasil se encuentran en plena fase de emergencias médicas.
Más de la mitad de los adultos estadounidenses han recibido al menos una dosis, y el presidente Biden celebró esta semana la superación de las 200 millones de inyecciones administradas en sus primeros 100 días en el cargo. También reconoció haber entrado en una nueva fase para reforzar el alcance y superar las dudas sobre las vacunas.
En todo el país, los farmacéuticos y los funcionarios de salud pública están viendo disminuir la demanda y aumentar los suministros. Aproximadamente la mitad de los condados de Iowa han dejado de pedir nuevas dosis al estado, y Luisiana no solicitó el envío de algunas vacunas durante la semana pasada.
Algunos están instando a los funcionarios federales a enviar más dosis a los lugares donde hay demanda, en lugar de asignarlas según la población, incluido el gobernador republicano de Massachusetts, Charlie Baker, quien dijo el jueves que su entidad podría administrar dos o tres veces más inyecciones por día si tuviera más oferta.
En Misisipi, la farmacéutica de un pequeño pueblo, Robin Jackson, prácticamente le ha estado rogando a todos en la comunidad que se presenten y se vacunen después de que recibió su primer envío de dosis a principios de este mes y la demanda fue baja, a pesar de que colocó letreros afuera de su tienda celebrando su llegada. Ella estaba desperdiciando más vacunas de las que aplicaba y comenzó a persuadir a los miembros de su familia para que fueran a la farmacia a recibir las inyecciones.
Fuente: Latines