Como diría Carlos Herrera “venga, camastrones, que ya son las 8 de la mañana y hay que levantar España”. Pero antes, salvemos nuestra propia vida y añadámosle 5 años más de duración. ¿Cómo? Pues según los últimos estudios, saliendo a correr un ratito, y qué mejor hora cuando el calor aprieta que a primera hora de la mañana cuando aún queda fresco remanente de la noche. Según un estudio que comenzó su toma de datos en 1976 y ha durado hasta la actualidad, al menos un par de horas de carrera trotona a la semana podrían añadir 5 años de vida a quien lo incluya en su rutina habitual.
Esto es un estudio concienzudo y lo demás son tonterías.
Corría (nunca mejor dicho) el año 1976 cuando en Copenhage la Oficina Muncipal del Corazón (eso es una ciudad preocupada por sus ciudadadanos: Concejal del Corazón) iniciaron un estudio sobre los hábitos saludables de los copenhagueses (o como se diga).
Para ello comenzaron a seguir las pautas deportivas de 20.000 hombres y mujeres de entre 20 y 98 años. En ese amplio grupo había 1.116 corredores y 768 corredoras. Con el paso del tiempo se fueron comparando sus tasas de mortalidad con las del resto del grupo que no tenían el hábito de salir a correr y el resultado fue asombroso: los hombres vivían 6,2 años más y las mujeres 5,6 años más que quienes no corrían.
Lo más curioso es que la cantidad de ejercicio necesaria para incrementar la esperanza de vida no necesitaba ser muy elevada, para aumentar la esperanza de vida bastaba con unas 2,5 horas semanales de carrera, repartidas en 2/3 sesiones.
Ni hay que correr todos los días, ni hay que pasar una hora haciéndolo, ni debe hacerse a un rimo intenso, basta con una suave carrera a ritmo tranquilo, dos o tres días por semana, y los beneficios comenzarán a dejarse notar con un resultado tan interesante como el de añadir 5 ó 6 años de permanencia en este planeta al usuario.
Como diría Carlos Herrera “venga, camastrones, que ya son las 8 de la mañana y hay que levantar España”. Pero antes, salvemos nuestra propia vida y añadámosle 5 años más de duración. ¿Cómo? Pues según los últimos estudios, saliendo a correr un ratito, y qué mejor hora cuando el calor aprieta que a primera hora de la mañana cuando aún queda fresco remanente de la noche. Según un estudio que comenzó su toma de datos en 1976 y ha durado hasta la actualidad, al menos un par de horas de carrera trotona a la semana podrían añadir 5 años de vida a quien lo incluya en su rutina habitual.
Corría (nunca mejor dicho) el año 1976 cuando en Copenhage la Oficina Muncipal del Corazón (eso es una ciudad preocupada por sus ciudadadanos: Concejal del Corazón) iniciaron un estudio sobre los hábitos saludables de los copenhagueses (o como se diga).
Para ello comenzaron a seguir las pautas deportivas de 20.000 hombres y mujeres de entre 20 y 98 años. En ese amplio grupo había 1.116 corredores y 768 corredoras. Con el paso del tiempo se fueron comparando sus tasas de mortalidad con las del resto del grupo que no tenían el hábito de salir a correr y el resultado fue asombroso: los hombres vivían 6,2 años más y las mujeres 5,6 años más que quienes no corrían.
Lo más curioso es que la cantidad de ejercicio necesaria para incrementar la esperanza de vida no necesitaba ser muy elevada, para aumentar la esperanza de vida bastaba con unas 2,5 horas semanales de carrera, repartidas en 2/3 sesiones.
Ni hay que correr todos los días, ni hay que pasar una hora haciéndolo, ni debe hacerse a un rimo intenso, basta con una suave carrera a ritmo tranquilo, dos o tres días por semana, y los beneficios comenzarán a dejarse notar con un resultado tan interesante como el de añadir 5 ó 6 años de permanencia en este planeta al usuario.