En el Perú se estima que más de 280 mil personas sufren de esquizofrenia y de ellos el 62 por ciento tienen diagnóstico definido y reciben tratamiento, mientras que el restante de los casos no acuden a los servicios de salud y/o no tienen la accesibilidad a ser tratados por un médico psiquiatra, reveló el Dr. Edgar Miraval Rojas director del Hospital Víctor Larco Herrera.
De las atenciones brindadas en el citado establecimiento de salud, el 60% de los pacientes proceden de los distritos de Villa María del Triunfo, Villa El Salvador, Callao, San Miguel, Barranco y de los pacientes que son referidos de provincia en su mayoría son de de Huanta, en Ayacucho, seguido de Huancavelica, Puno y Huanuco, y en menos porcentaje amazonas, Junín, Pasco y San Martín.
Según el especialista, las personas que padecen esta enfermedad presentan psicosis, es decir delirio, alucinaciones auditivas, cambios de conducta, agitación. En algunos casos son limitados en prestar atención, presentan irritabilidad, preocupación, tensión, humor depresivo, entre otros síntomas
El tratamiento de la enfermedad es importante, pues de lo contrario habría una tendencia a al deterioro y las recaídas con síntomas de agitación psicomotriz, agresividad y discapacidad, que perturban no solo al paciente sino a toda la familia.
Miraval Rojas asegura que una persona esquizofrénica puede llevar una vida que le permita superar sus dificultades a administración del dinero, uso del transporte público y aprendizaje de destrezas sociales para interactuar mejor con otras personas.
Asimismo previa terapia con un especialista podrán superar sus dificultades a través de programas de rehabilitación enfatizando la capacitación social y vocacional, así como programas pueden incluir asesoramiento vocacional, capacitación para el trabajo, técnicas para solucionar problemas de la vida diaria.
En los principales hospitales de salud mental o institutos especializados del Minsa se brinda la psico-educación familiar la cual incluye aprender estrategias para manejar la enfermedad y técnicas de solución de problemas. Estos conocimientos son útiles para poder relacionarse mejor con el enfermo y así lograr que el paciente se mantenga en el mejor estado posible.
Fuente: MINSA