El viernes 11 de febrero el ejército egipcio depuso a Hosni Mubarak. Ningún artículo de la constitución le facultaba a hacer ello. El derrocado presidente, además, podía reclamar que él era el mandatario constitucional electo 5 veces consecutivas, y que era el garante para que en septiembre fuese reemplazado en el cargo mediante elecciones multipartidarias.
Sin embargo, ese golpe fue saludado por todos los líderes occidentales y hasta por El-Baradei, el premio nobel de la paz egipcio quien aspira a ser el primer demócrata en llegar a gobernar a su país, pues para él solo las FFAA pudieron haber evitado un caos y una carnicería.
Lo paradójico es que desde hace dos décadas EEUU y la Unión Europea vienen demandando que en todo el resto del globo las FFAA se sujeten al orden constitucional y se condene todo golpe. Fruto de ello casi todos los países de Europa y de las Américas eligen a sus gobiernos mediante votos y no botas.
Para Israel el mejor escenario hubiese podido ser el que el jefe de la inteligencia Omar Suleiman, quien el 29 de enero fue nombrado como el primer vicepresidente que haya tenido Mubarak, le substituyese. El hubiese asegurado la continuidad del régimen, de los acuerdos de paz y del proceso electoral.
Empero, Mubarak se empecinó en mantenerse en el cargo con lo cual se provocaba a una reacción popular. Ésta bien pudo acabar tomando palacio y linchando al presidente (como lo hicieron los rumanos en 1989, los bolivianos en 1946 y los italianos en 1943) u obligando al ejército a cerrar filas con la dictadura y reprimir a bala, pudiendo generar una guerra civil.
Hoy el ejército egipcio es bendecido por muchos dentro de su propio pueblo y de los gobernantes del mundo. Lo increíble es que ésta es la misma institución que viene gobernando ininterrumpidamente al país desde el golpe de 1952.
Es éste quien ha regido con mano dura a Egipto bajo la tutela de los ‘oficiales libres’ de Nasser (desde 1952/54 hasta su muerte en 1970), luego por el general Sadat (desde 1970 hasta su asesinato en 1981) y después por el general Mubarak, cuyo último gabinete tenía a generales como vicepresidente, primer ministro y vice-premier, ministro del interior y ministro de defensa. Este último, el mariscal Mohamed Hussein Tantawi (comandante en jefe de las FFAA), es el jefe de la nueva junta de gobierno.
Esta la integran solo militares quienes siempre han sido pivote de la dictadura y quienes tienen las manos manchadas con sangre pues todos ellos han librado batallas o han reprimido y torturado gente. Los EEUU, no obstante, les ven con simpatía pues todos esos jefes han pasado por su escuela.
De acuerdo a Al-Yazeera, el ex vicepresidente Suleiman sigue en esa junta que está compuesta, además, por los generales Sami Anan, jefe del ejército, el mariscal Mohamed, jefe de la aviación, el vicealmirante Hamish, jefe de la marina, y el general self-Eideen, comandante de la fuerza aérea. Entre tanto, Mubarak se encuentra influyendo sobre ésta en una casa de playa en un balneario construido antes por Israel en el Sinaí y bien protegido por sus FFAA.
En sus comunicados la junta de gobierno ha reconocido los méritos de Mubarak mientras que no ha revelado ningún plan específico, aparte de asegurar mantener la antigua diplomacia, así como tampoco si convocará a elecciones o a un gobierno amplio.
Por: Isac Bigio (Análisis Global)