Hace unos días el ex presidente Felipe González, reclamaba, en una declaraciones, una legalización internacional de las drogas para poner fin a la lacra del narcotráfico. El tema no es fácil y está abierto a múltiples prejucios, por eso creo que es interesante darle un repaso a las cifras y resultados de la política de mano duro y guerra contra la drogas ilegales iniciada en 1971 por Nixon.
Vamos a ceñiros a los datos en EEUU, donde tenemos más información. Según el Instituto Cato, cada año, la lucha contra la drogas ilegales le cuestan a los presupuestos Estatales, Locales y Federales de los EEUU cerca de 88 mil millones de dólares.
De estos 88 mil millones de dólares, 41 mil millones de dólares corresponderían al coste directo de combatir el tráfico y consumo de las drogas ilegales y 47 mil millones de dólares serían una especie de coste de oportunidad, es decir dinero que podría ganar el gobierno si las drogas ilegales fueran legalizadas como el tabaco y el alcohol, entraran en el circuito legal y se les pudiera aplicar tasas.
Desde que los EEUU iniciaron su particular guerra contra la drogas ilegales hace 40 años, se estima que le ha costado a los ciudadanos de dicho país cerca de 1 billones de dólares, con resultados más bien pobres e incluso contraproducentes.
Durante estos 40 años, los casos de norteamericanos con problemas de adición ha pasado de 15 a 25 millones. Sólo en 2009 se dieron cerca de 20.000 casos de sobredosis en los EEUU, muchos de los cuales se podrían haber evitado si las drogas ilegales fueran un producto “controlado” como es el tabaco o el alcohol. Cerca de 131 millones de dólares fueron gastados en 2009 para detener a 31 millones de consumidores no violentos de drogas (de los cuales 10 millones eran consumidores de marihuana) y 450 millones de dólares fueron gastados para encarcelar a consumidores de drogas en prisiones federales.
Después tenemos el coste en vidas humanas, que se deriva directamente de dejar a las drogas ilegales en manos del crimen y las mafias. Sólo en México se estima que la violencia asociada a las drogas ha costado la vida a 28.000 personas en los últimos 4 años. A parte de regalarle a las mafias un negocio multi millonarios que les permite engrasar otras actividades ilícitas.
La política de mano dura y guerra a las drogas ilegales de los últimos 40 años se ha mostrado totalmente estéril, cuando no contraproducente. Tenemos a más personas adictas a las drogas ilegales, tenemos a más muertos por sobredosis, tenemos a más muertos por la violencia derivada del crimen y hacemos a los mafias y grupos criminales organizados más fuertes y ricos y sobretodo tenemos un claro indicativo que está fallando y es que las drogas con cada vez más baratas. Y todo esto sin contar los costes indirectos como puede ser la corrupción de los diferentes organismos del Estado con sobornos y dinero procedente del narcotráfico.
Estos 40 años han demostrado que encarcelar a los capo o jefes de las mafias no da resultados, estos son substituidos rápidamente por otras organizaciones, otras personas o otros nombres que toman el relevo de la actividad.
La única forma de dejar de alimentar a las organizaciones criminales y ganarles la partida es hacer que el comercio ilegal de drogas deje de ser rentable. Y 40 años de guerra contra las drogas ilegales ha demostrado que no sirven para impedir que el narcotráfico siga proliferando con buena salud y suculentos beneficios.
A mi modo de entender sólo hay una forma efectiva de que el narcotráfico deje de dar beneficios y es sacándole el negocio a los narcos y mafias vía la legalización.
Sé que este es un tema tabú, cualquiera que haya tenido a un familiar , amigo o a un amigo de un amigo metido enganchado a las drogas ilegales sabe que son un infierno, para el adicto, para la familia y para sus amigos.
No estoy haciendo un alegato a favor de las drogas. Todo lo contrario. Precisamente por ser unas sustancias tan peligrosas creo que su tráfico y comercialización deberían estar controlados por el Estado, y no dejarlo en manos de grupos criminales.
La legalización, a priori, tiene el peligro de incrementar el número de adictos, pero por contra seguramente reduciría el número de muertes por sobredosis (no se vendería producto adulterado), reduciría el número de crímenes asociados al tráfico ilegal de drogas, y permitiría tener control sobre el producto y su suministro y quizás lo más importante, permitiría destinar mucho más dinero a políticas de rehabilitación, programas de educación efectivos y clínicas de desintoxicación. Y no nos engañemos, las drogas serán ilegales, pero el acceso a ellas es bien sencillo para todos aquellos que quieran tener acceso a ellas.
Sigo sin entender porque se sigue perseverando en una política de guerra a las drogas ilegales, que se ha visto claramente como en 40 años ha sido un fracaso.
Hemos escrito algún que otro post sobre el tema, “Lucha contra las drogas, la irracionalidad de seguir igual” y “Conviene legalizar las drogas“