Si bien las causas difieren totalmente los efectos y especialmente el terror causado son parejos. En Japón hubo uno de los peores terremotos de la Historia seguido de uno de los peores tsunamis de la Historia mientras que en Ucrania todo se debió a una cadena de errores humanos durante la realización de unas pruebas, sumado al deterioro del propio sistema soviético que ocasionaba no pocos problemas en la conservación y mantenimiento de las infraestructuras.
La nube de contaminación radiactiva se extendió entonces por media Europa, pero el miedo sigue vivo hasta hoy. Y aún hay más.Todo empezó con un test.
Pero pronto comenzó a torcerse la cosa. La planta nuclear de Chernobyl llevaba dos años funcionando sin tener un plan sólido de respaldo energético en caso de interrupción del suministro. Los generadores eléctricos tardaban entre uno y dos minutos en entrar en funcionamiento para bombear agua al sistema de refrigeración, tiempo insuficiente como quedó demostrado, lamentablemente.
El test consistía en desviar energía desde otro reactor pero no se consiguió hacerlo de manera efectiva. Enseguida el reactor comenzó a calentarse, las alarmas sonaron pero no se les hizo caso hasta que ya era demasiado tarde. El sistema comenzó a desestabilizarse y cuando por razones aún desconocidas se intentó realizar un apagado manual el resultado fue un pico de energía que sobrecalentó el núcleo provocando una explosión que hizo que se desmoronase la cubierta del reactor.
Se produjo un incendio que afectó a las barras de grafito, liberando a la atmósfera una nube de mortífero material radiactivo.
Los trabajadores de la central de Chernobyl murieron en minutos. El fuego duró varias semanas. Más de 100.000 kilometros cuadrádos alrededor quedaron contaminados. Aunque la gravedad de lo sucedido entonces y del actual desastre de Fukushima alcanzan el mismo grado (7) de la Escala Internacional de Accidentes Nucleares, lo cierto es que hace 25 años la nube que se generó afectó a un mayor número de población y una mayor extensión geográfica, pero el miedo es el mismo.