La capital china despertó el sábado con cielos de color naranja después de que la mayor tormenta de arena del año hasta ahora azotara el norte del país, retrasando algunos vuelos en el aeropuerto de Beijing y generando avisos de olas de polvo en Seúl.
El cielo brilló y una capa fina de arena cubrió Beijing, forzando a los trabajadores a cubrirse la cara en la plaza de Tienanmen. La oficina meteorológica de la ciudad describió la calidad del aire como peligrosa: "Muy mala para la salud", señaló.
Los expertos recomendaron que la gente se cubra la boca con máscaras cuando se encuentren al aire libre y que cierren las ventanas.
Los cada vez mayores desiertos del país ahora cubren un tercio del país debido al exceso de pastoreo, deforestación, crecimiento urbano y sequía. Las arenas cambiantes han generado un fuerte aumento de las tormentas de arena, las cuales pueden llegar a viajar hasta el oeste de Estados Unidos.
La Academia China de las Ciencias estimó que el número de tormentas de arena ha aumentado seis veces en los últimos 50 años, hasta llegar a dos docenas al año.
La última tormenta de arena afectó también las regiones de Xinjiang, el interior de Mongolia y las provincias de Shanxi, Shaanxi y Hebei.
A medida que la última tormenta de arena avanzaba hacia el sureste, la agencia nacional meteorológica de Corea del Sur emitió una alerta de polvo amarillo para Seúl y otras zonas del país.
Chun Youngsin, un investigador de la Administración Meteorológica de Corea, dijo que las olas de polvo podrían golpear la península coreana el sábado por la tarde y que la tormenta sería "el peor polvo amarillo" este año.
Algunos vuelos del aeropuerto internacional de Beijing fueron retrasados pero acabaron despegando, dijo una mujer que contestó el teléfono de emergencias.
Fuente: Agencias