Estudio que se realizó a ballenas en el Golfo de California, durante los últimos años, muestra que los mamíferos marinos muestran ampollas y otros daños típicamente asociados con el daño de la piel que los seres humanos sufren tras la exposición a la radiación ultravioleta.
Esto significaría nueva amenaza para animales que ya se encontraban en peligro de extinción.
El estudio explica que las ballenas serían particularmente vulnerables a las quemaduras solares en parte porque necesitan pasar mucho tiempo en la superficie del océano para respirar, socializar y alimentar a sus crías. Puesto que no tienen pelo ni plumas, significa efectivamente, que toman el sol desnudas.
Según indica la autora principal del estudio, Laura Martínez-Levasseur, “los seres humanos pueden ponerse ropa o gafas de sol, pero las ballenas no”.
Fuente: PuenteLibre