El checoslovaco Karel Capek ha pasado (discretamente, también es justo reconocerlo) a las páginas de la Historia de la Literatura. No por la calidad de su obra (aunque para gustos, los colores) o por su popularidad, pero lo que si ha alcanzado notable fama es un término usado en una de sus obras, un término con el que denominaba a los sirvientes mecánicos.
El término, originalmente, era robota y provenía del eslovaco, universalizándose como un más que familiar ROBOT, aunque estuvo a punto de ser otra palabra: labori. Y aún hay más.En su obra de 1920 “Los robots universales de Rossum” Karel Capek evolucionaba la palabra robota, que en eslovaco significa sirviente, pues el tema de la obra era precisamente el de los trabajos forzados.
Howard Markel, historiador científico, explica que la historia de Capek relata cómo una compañía utilizando los últimos avances de biología, química y fisiología crea una masa de trabajadores sin alma que realizan los trabajos más duros.
Según Markel en los primeros borradores Capek utilizaba para referirse a estos esclavos sin alma el término labori, derivado de la palabra latina que significa trabajo, pero le preocupaba que sonaba demasiado literario y fue la sugerencia de su hermano Josef de que utilizara la palabra eslovaca robota la que finalmente ha pasado a la Historia y seguimos usando hoy día