Prepárate para ser desnudado con la mirada (aún más), porque en menos que nada podría haber aparatitos capaces de ver, desde cientos de metros -quizá kilómetros-, lo que tienes guardado en tus bolsillos, bolsa… o calzoncillos. Todo “gracias” a la detección por ondas de terahercios. Ondas que, hasta ahora, únicamente alcanzaban unos pocos centímetros, ya que eran absorbidas por la humedad del aire. Hasta ahora. Más detalles tras nuestro salto. “Muchos otros investigadores pensaron que la detección remota por terahercios era misión imposible”, dice Jingle Liu, físico del Instituto Politécnico Rensselaer, y autor del estudio publicado el pasado día 11 en Nature Photonics.
He aquí el truco que usó su equipo para solventar el problema de la distancia: no dejaron a las ondas de terahercios el trabajo mismo de transportar la señal al detector. En su lugar, utilizaron el reflejo creado por láseres.
Dos láseres a diferentes frecuencias apuntaron juntos al mismo objetivo, generando un plasma (aire ionizado). Este plasma emite una fluorescencia, la cual se dispersa de una forma en concreto de radiación de terahercios, según el material en que incida. En otras palabras, te dice de qué material está hecho un objeto, además de “verlo”. Finalmente, este reflejo es detectado desde largas distancias.
Se ha probado hasta una distancia de 20 metros, que era el tamaño del laboratorio, pero podría llegar a cientos de metros o incluso kilómetros. Su principal uso, teniendo en cuenta que uno de los fundadores del proyecto es el Ministerio de Defensa estadounidense, os lo podéis imaginar: detectar bombas o similares en aeropuertos. También búsqueda de drogas o armas.
Superman, ya no eres el único que puede hacerlo. —Javier G. Pereda [Wired]