Cuando Isaac Newton inscribió en un pergamino sus famosas leyes del movimiento en 1687, sólo podía esperar que las estuviéramos discutiendo tres siglos después.
Newton y sus principios Universales
Escrito en latín, Newton esbozó tres principios universales que describen cómo se rige el movimiento de los objetos en nuestro Universo, y que han sido traducidos, transcritos, discutidos y debatidos largo y tendido.
Pero, según un filósofo del lenguaje y las matemáticas, podríamos haber estado interpretando de forma ligeramente errónea la precisa formulación de Newton de su primera ley del movimiento.
Daniel Hoek, filósofo de la Universidad Tecnológica de Virginia, ha querido "dejar las cosas claras" tras descubrir lo que describe como un "torpe error de traducción" en la versión original inglesa de 1729 de los Principia en latín de Newton.
Basándose en esta traducción, innumerables académicos y profesores han interpretado desde entonces que la primera ley de la inercia de Newton significa que un objeto continuará moviéndose en línea recta o permanecerá en reposo a menos que intervenga una fuerza exterior.
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Es una descripción que funciona bien hasta que se aprecia que las fuerzas externas actúan constantemente, algo que Newton seguramente habría tenido en cuenta en su redacción.
Al revisar los archivos, Hoek se dio cuenta de que esta paráfrasis común contenía una interpretación errónea que pasó desapercibida hasta 1999, cuando dos estudiosos descubrieron la traducción de una palabra latina que se había pasado por alto: quatenus, que significa "en la medida en que", no a menos que.
Las afirmaciones en controversia
Para Hoek, esto marca la diferencia. En lugar de describir cómo un objeto mantiene su momento si no se ejerce ninguna fuerza sobre él, Hoek afirma que la nueva lectura demuestra que Newton quería decir que todo cambio en el momento de un cuerpo -cada sacudida, caída, volantazo y chispazo- se debe a fuerzas externas.
"Al volver a poner en su sitio esa palabra olvidada [insofar], [esos estudiosos] devolvieron a uno de los principios fundamentales de la física su esplendor original", escribe Hoek en una entrada de blog sobre su artículo.
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Sin embargo, esa corrección tan importante nunca se puso de moda. Incluso ahora puede que le cueste ganar fuerza contra el peso de siglos de repetición.
"Algunos consideran que mi lectura es demasiado alocada y poco convencional para tomarla en serio", comenta Hoek. "Otros creen que es tan obviamente correcta que apenas merece la pena defenderla".
La gente corriente estará de acuerdo en que suena a semántica. Y Hoek admite que la reinterpretación no ha cambiado ni cambiará la física. Pero un examen minucioso de los propios escritos de Newton aclara lo que el matemático pionero pensaba en aquella época.
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"Se ha vertido mucha tinta sobre la cuestión de para qué sirve realmente la ley de la inercia", explica Hoek, que en su época de estudiante se quedó perplejo ante lo que quería decir Newton.
Las Interpretaciones la primera ley es inferir la existencia de la fuerza
Si tomamos la traducción predominante, la de que los objetos viajan en línea recta hasta que una fuerza les obliga a lo contrario, entonces surge la pregunta: ¿por qué iba a escribir Newton una ley sobre cuerpos libres de fuerzas externas cuando no existe tal cosa en nuestro Universo; cuando la gravedad y la fricción están siempre presentes?.
"Todo el sentido de la primera ley es inferir la existencia de la fuerza", dice George Smith, filósofo de la Universidad de Tufts y experto en los escritos de Newton, a la periodista Stephanie Pappas para Scientific American.
De hecho, Newton dio tres ejemplos concretos para ilustrar su primera ley del movimiento: el más perspicaz, según Hoek, es una peonza, que, como sabemos, se frena en una espiral cada vez más cerrada debido a la fricción del aire.
"Al dar este ejemplo", escribe Hoek, "Newton nos muestra explícitamente cómo la Primera Ley, tal y como él la entiende, se aplica a los cuerpos en aceleración que están sometidos a fuerzas, es decir, se aplica a los cuerpos del mundo real".
oek afirma que esta interpretación revisada pone de manifiesto una de las ideas más fundamentales de Newton, que fue totalmente revolucionaria en su época. Los planetas, las estrellas y otros cuerpos celestes se rigen por las mismas leyes físicas que los objetos terrestres.
"Todo cambio de velocidad y toda inclinación de dirección", reflexiona Hoek -desde los enjambres de átomos hasta las galaxias arremolinadas- "se rige por la Primera Ley de Newton".
Para que todos nos sintamos de nuevo conectados con los confines del espacio.
El artículo se ha publicado en Philosophy of Science.