Keiko Fujimori ha entrado a la segunda vuelta peruana tras haber obtenido en la primera el 20.7% de los votos totales y el 23.5% de los votos válidos. Ella debe estudiar los casos de otras fuerzas que han ocupado similar espacio político en otras latitudes: el de la derecha dura, populista y de raíces autocráticas.
Dos figuras que tienen ciertos parecidos con el fujimorismo son los franceses Le Pen y el boliviano Hugo Bánzer, aunque entre los tres hay notables diferencias.
Jean Marie Le Pen es el gestor del Frente Nacional que se basa en las capas medias y pobres galas resentidas con la inmigración y que tiene activistas que no ven tan mal a la dictadura que impusieron los nazis cuando ocuparon Francia. Bánzer es el presidente militar contemporáneo que más años ha gobernado Bolivia (1971-78 y 1997-2001). Él debutó en el poder con un golpe contra el izquierdista Torres, iniciando el ciclo de juntas gorilas que se impondrían luego en Chile, Uruguay y Argentina.
Le Pen tenía un electorado duro que siempre le respaldaba (tal como hoy pasa con el fujimorismo) pero jamás pudo romper el cerco que le impusieron el resto de partidos para aislarle. Fue el presidenciable de la ultraderecha gala en 1974, 1988, 1995, 2002 y 2007, pero solo en el 2002 pudo entrar al balotaje. Entonces el centroderechista Chirac pudo torear su poca popularidad apelando al respaldo de todo el resto del arco iris contra el ‘peligro fascista’ y llegó a la presidencia con el 80% (uno de los porcentajes más altos que se haya dado en una democracia multipartidaria en el mundo).
Hoy su hija Marine le reemplaza en la jefatura de su movimiento, el cual sigue marginalizado.
A diferencia de los Le Pen (y de los Fujimori) Bánzer si llegó a romper el cerco, aunque eso le costó mucho tiempo y concesiones.
Él, después de dejar de ser dictador en 1971-78, se lanzó como candidato en las presidenciales de Bolivia en 1979, 1980 y 1985. En todas éstas él también tenía un electorado consistente que, como el del fujimorismo, superaba el 20% y se apoyaba en la gente que añoraba la estabilidad y el crecimiento económicos que él impuso con su mano dura contra los subversivos. En esos 2 primeros comicios él quedó tercero pero en 1985 él ganó, pero con poco más de un cuarto de los votos.
Entonces Paz Estenssoro, quien quedó segundo, consiguió el apoyo del grueso del resto del congreso para llevarle a palacio contra el supuesto ‘mal mayor’.
Bánzer fue dándose cuenta que él siempre podría mantener su caudal electoral pero que, aunque sacase la primera mayoría, siempre le iban a vetar si es que no modificaba su política de alianzas. En 1989 él, al igual que en 1993, terminó segundo. Sin embargo, entonces él hace una jugada maestra aliándose al Movimiento de Izquierda Revolucionaria, a quien él había perseguido durante su dictadura, para llevar a su candidato Paz Zamora (quien quedó tercero en las elecciones) a la presidencia en base a un gobierno de coalición donde los banzeristas imponían el programa económico. Gracias a ello el ex dictador empezó a romper el cerco y en 1997 logró que 4 de los 5 grandes partidos del congreso le lleven constitucionalmente al poder.
Analisis Global (por: Isaac Bigio)