“Crónicas marcianas”, “Fahrenheit 451? o “El sonido del trueno”, donde se nos narraba el terrible destino que aguardaba a quienes viajaban al pasado a cazar dinosaurios y cómo un mal paso, un por de barro y una mariposa podían cambiar el curso de la Historia. Esas y otras narraciones fantásticas quedan para siempre en el recuerdo, ya no habrá más relatos fruto de la prodigiosa mente de su autor. Ray Bradbury ha muerto hoy y con él desaparece uno de los últimos mitos vivos de la Edad de Oro de la Fantasía y la Ciencia- Ficción.
Junto a Arthur C. Clarke e Isaac Asimov se puede considerar a Bradbury uno de esos nombres absolutamente imprescindibles en la literatura clásica fantástica y de ciencia-ficción, aunque el propio autor prefería clasificarse como autor de fantasía y defendía que su única novela de ciencia-ficción fue “Fahrenheit 451?.
Hoy ha fallecido a la edad de 92 años dejando un legado de novelas y relatos que ocupan un importantísimo lugar en la Literatura pero también, y sobre todo, en el corazón y la imaginación del aficionado. Las palabras de Bradbury nos llevaron a rincones donde nunca nadie había estado antes y además de aventuras “externas” nos permitió explorar nuestro propio interior. No resulta extraño terminar de leer “Crónicas marcianas” con los ojos húmedos de nostalgia por la desaparecida civilización de nuestro planeta vecino. No resulta extraño terminar “Fahrenheit 451? con desazón en el pecho por la distópica desaparición de la Literatura y un futuro oprimido y dictatorial donde no queda resquicio para la belleza del arte o la sensibilidad de la imaginación, qué decir de la libertad.
Bradbury originaba mundos, personajes y situaciones de tremenda fuerza pero al mismo tiempo era capaz de hacernos reflexionar sobre nuestra propia condición y la responsabilidad de actos y avances tecnológicos. Lo cotidiano se confrontaba a lo poético en el marco de sucesos singulares y extraordinarios debidos a su fértil imaginación.
Además de cautivar a generaciones de lectores, Ray Bradbury también ha servido de inspiración para muchos autores que sintieron como la antorcha del autor originario de Illinois encendía prendía también la llama de su imaginación. Hoy es un día triste para los amantes de la literatura fantástica y de ciencia-ficción. Descanse en paz y eterna gratitud a los buenos momentos que sus palabras nos depararon y nos seguirán deparando cada vez que leamos sus creaciones.
“Crónicas marcianas”, “Fahrenheit 451? o “El sonido del trueno”, donde se nos narraba el terrible destino que aguardaba a quienes viajaban al pasado a cazar dinosaurios y cómo un mal paso, un por de barro y una mariposa podían cambiar el curso de la Historia. Esas y otras narraciones fantásticas quedan para siempre en el recuerdo, ya no habrá más relatos fruto de la prodigiosa mente de su autor. Ray Bradbury ha muerto hoy y con él desaparece uno de los últimos mitos vivos de la Edad de Oro de la Fantasía y la Ciencia- Ficción.
Junto a Arthur C. Clarke e Isaac Asimov se puede considerar a Bradbury uno de esos nombres absolutamente imprescindibles en la literatura clásica fantástica y de ciencia-ficción, aunque el propio autor prefería clasificarse como autor de fantasía y defendía que su única novela de ciencia-ficción fue “Fahrenheit 451?.
Hoy ha fallecido a la edad de 92 años dejando un legado de novelas y relatos que ocupan un importantísimo lugar en la Literatura pero también, y sobre todo, en el corazón y la imaginación del aficionado. Las palabras de Bradbury nos llevaron a rincones donde nunca nadie había estado antes y además de aventuras “externas” nos permitió explorar nuestro propio interior. No resulta extraño terminar de leer “Crónicas marcianas” con los ojos húmedos de nostalgia por la desaparecida civilización de nuestro planeta vecino. No resulta extraño terminar “Fahrenheit 451? con desazón en el pecho por la distópica desaparición de la Literatura y un futuro oprimido y dictatorial donde no queda resquicio para la belleza del arte o la sensibilidad de la imaginación, qué decir de la libertad.
Bradbury originaba mundos, personajes y situaciones de tremenda fuerza pero al mismo tiempo era capaz de hacernos reflexionar sobre nuestra propia condición y la responsabilidad de actos y avances tecnológicos. Lo cotidiano se confrontaba a lo poético en el marco de sucesos singulares y extraordinarios debidos a su fértil imaginación.
Además de cautivar a generaciones de lectores, Ray Bradbury también ha servido de inspiración para muchos autores que sintieron como la antorcha del autor originario de Illinois encendía prendía también la llama de su imaginación. Hoy es un día triste para los amantes de la literatura fantástica y de ciencia-ficción. Descanse en paz y eterna gratitud a los buenos momentos que sus palabras nos depararon y nos seguirán deparando cada vez que leamos sus creaciones.