Los operadores de servicios de agua de todo el mundo están sometidos a una presión continua para operar de manera eficiente, conservar el agua, reducir su impacto medioambiental y mantener un alto nivel de suministro y disponibilidad. La adopción de sensores IoT y de inteligencia artificial (IA) puede ayudar al sector del agua a ser más resistente y eficiente.
Muchas empresas de suministro de agua han empezado a implantar tecnologías como sensores conectados al IoT en bombas, válvulas y contadores, junto con sistemas de información geográfica (SIG), control de supervisión y adquisición de datos (SCADA) e infraestructura de medición avanzada (AMI). Cada una de estas tecnologías ayuda a mejorar las operaciones, y combinadas producen un gran volumen de datos en tiempo real a los que los operadores pueden aplicar modelos predictivos de inteligencia artificial. Veamos cinco ventajas del IoT y la IA.
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Beneficios de IoT e IA
Previsión de la demanda
La previsión de la demanda puede mejorarse con IA, que aprende continuamente de los datos históricos y reales de la red de distribución. Los modelos descubren tendencias de uso y suministro y pueden utilizar fuentes de datos adicionales, como el clima o los movimientos de población, para ofrecer una previsión más precisa. Estas previsiones pueden utilizarse para equilibrar la demanda y mejorar la planificación, incluidas las fuentes de agua, el almacenamiento, el tratamiento y la producción de las plantas desalinizadoras.
Corrosión predictiva
Los propietarios y operadores de la distribución de agua deben asegurarse de que la corrosión se detecta lo antes posible para evitar fugas y problemas de suministro. La IA puede aplicarse a los datos de las tuberías para detectar cambios en las condiciones que, de otro modo, pasarían desapercibidos. Al predecir la corrosión en una fase temprana, los operadores pueden ajustar la configuración y planificar las intervenciones. También es posible que se descubran lecciones críticas sobre las causas de la corrosión, lo que puede dar lugar a una mejora de los procesos en la industria.
Predicción de atascos
La predicción precisa de los atascos puede evitar interrupciones del servicio de agua y problemas de disponibilidad. Utilizando datos de toda la red de agua, los modelos de IA pueden identificar cambios en las condiciones que son indicadores tempranos de atascos. Con esta información, los operadores pueden planificar las intervenciones y actuar de forma proactiva en lugar de reactiva. La IA también puede desvelar los factores que contribuyen a los atascos y sus causas para que los operadores introduzcan cambios en los sistemas.
Predicción de fugas
A medida que las tuberías de agua y otras infraestructuras envejecen, son más propensas a desarrollar fugas y otros problemas que pueden conducir a la pérdida de agua y la ineficiencia. Mediante el uso de sensores IoT para supervisar el flujo y la presión del agua, las empresas de servicios públicos pueden detectar posibles problemas antes de que se conviertan en problemas graves y tomar medidas para reparar o reemplazar la infraestructura envejecida. La IA también puede utilizarse para analizar los datos de estos sensores e identificar tendencias que ayuden a las empresas de servicios públicos a predecir cuándo y dónde es probable que falle la infraestructura.
Mantenimiento predictivo y optimización
Se pueden crear modelos de mantenimiento predictivo para bombas y válvulas críticas con el fin de evitar tiempos de inactividad imprevistos y minimizar las interrupciones. La IA también puede utilizarse para predecir el rendimiento de equipos, procesos y sistemas críticos, así como para optimizar los ajustes con el fin de reducir el consumo de energía.
Menos intervención humana
El uso de IoT puede ayudar a las empresas de suministro de agua a supervisar sus sistemas de forma más eficaz, con menos inspecciones humanas. IoT también ha dado lugar a la creación de datos valiosos que pueden ser analizados por la IA. Comprender y predecir las tendencias que conducen a fugas puede ayudar a los operadores a gestionar su infraestructura y, en última instancia, reducir los costes de mantenimiento, conservar el agua y reducir el impacto medioambiental.
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