La mano de obra potencial disponible no sigue el ritmo de la demanda, y los expertos lo achacan a la falta de interés de los jóvenes que se incorporan al mercado laboral.
De acuerdo al portal cyber security dive, La plantilla mundial de ciberseguridad creció hasta abarcar a 4,7 millones de personas, alcanzando los niveles más altos de su historia, según el estudio sobre la plantilla de (ISC)2 2022. Estas son las noticias alentadoras.
Sin embargo, el mismo estudio descubrió que todavía se necesitan más de 3,4 millones de profesionales de la seguridad, un aumento de más del 26% con respecto a las cifras de 2021. Esto invierte una tendencia observada en el estudio de (ISC)2 de 2021, en el que el número de puestos de ciberseguridad vacantes descendió durante un periodo de dos años.
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¿Continuará la tendencia de 2022 en 2023 o ha sido este año sólo un parpadeo en lo que, por lo demás, habían sido prometedoras noticias de empleo desde el comienzo de esta década?
"Creo que la brecha de talento en ciberseguridad seguirá siendo un reto en 2023", afirma Caroline Vignollet, vicepresidenta senior de investigación y desarrollo de OneSpan.
El problema central, que se suma a la brecha de seguridad, sigue siendo el mismo. La demanda de ciberseguridad es mayor que nunca, debido a un panorama de amenazas en evolución con ataques que son más difíciles de detectar y defender. Pero la mano de obra potencial disponible no sigue el ritmo de esa demanda, en gran parte por la falta de interés de los jóvenes que se incorporan al mercado laboral.
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"A lo largo de los años, trabajar en el sector de la ciberseguridad se ha presentado, por desgracia, como una experiencia desfavorable, lo que ha provocado que las generaciones más jóvenes muestren menos interés por él", afirma Vignollet.
La brecha juvenil
La industria puede culpar de la falta de interés entre los estudiantes universitarios actuales y los recién licenciados a la insuficiencia de planes de estudios en STEM, dijo Taylor Ellis, analista de amenazas a clientes de Horizon3ai.
Demasiados estudiantes actuales y antiguos carecen de los conocimientos adecuados en matemáticas y ciencias, afirmó Ellis, lo que les impide acceder a programas avanzados en tecnología que podrían orientarles hacia carreras de ciberseguridad.
"Como resultado, muchos directivos afirman que el principal problema para cerrar la brecha de talento tiene más que ver con las habilidades que con la contratación de ciberprofesionales", dijo Ellis.
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Demasiadas organizaciones que contratan talentos en ciberseguridad buscan unicornios, es decir, candidatos capaces de marcar todas y cada una de las casillas del formulario de solicitud. En cambio, es más importante recordar que las habilidades técnicas a menudo pueden enseñarse.
En lo que deberían fijarse quienes buscan personal de ciberseguridad es en las aptitudes interpersonales, que suelen surgir de forma natural, más que a través de la formación en las aulas.
"La combinación de conocimientos técnicos y no técnicos suele ser lo que necesitan las empresas para fomentar el fortalecimiento continuo de su postura de ciberseguridad", afirma Ellis.
En el sector cibernético es fundamental tener la gran capacidad de adaptación que aporta esta mezcla de competencias técnicas y sociales. Aunque una persona pueda tener talento en un nicho, con el tiempo se le pedirá que asuma nuevas funciones a medida que surjan tecnologías.
Por ejemplo, un recién contratado puede tener experiencia en seguridad en la nube, pero el trabajo en la nube se está expandiendo rápidamente para incluir áreas como la inteligencia artificial, blockchain e IoT.
"Al contratar personal para puestos de ciberseguridad, es importante que las empresas tengan en cuenta el nivel de adaptabilidad y flexibilidad de la persona a la hora de gestionar problemas técnicos", afirma Ellis.
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Las empresas deben buscar personal que también tenga la determinación y el impulso para aprender tanto de sus gerentes como de otras fuentes. Esto incluye la contratación de personal que tenga experiencia en la realización de habilidades técnicas por su cuenta (los autodidactas suelen ser los más valiosos) y los que tengan una gran aptitud para la resolución de problemas y el método de ensayo y error.
Mientras se siga encasillando a los candidatos en estrechos itinerarios formativos, tanto a nivel empresarial como educativo, será más difícil atraer a los jóvenes a este campo.
Lo que hacen las universidades
Aunque muchas organizaciones han empezado a mirar desde dentro para formar y promocionar a los empleados actuales para que asuman funciones de ciberseguridad, las universidades tendrán que abordar la mayor brecha de talento. El problema es que la ciberseguridad es un campo relativamente nuevo y la enseñanza superior tarda en evolucionar cuando se trata de nuevos planes de estudios.
"Las universidades y su estructura se basan en la investigación y el rigor", afirma Will Carlson, director senior de contenidos de Cybrary. Esto puede significar a menudo que les cueste aplicar ese modelo a campos emergentes como la ciberseguridad".
Pero se avecina otro problema en la enseñanza superior: Hay escasez de profesores universitarios dispuestos y capaces de enseñar ciberseguridad a los estudiantes.
