Poco más de una semana después de un fuerte terremoto en la región de Emilia Romaña en el norte de Italia, la misma zona fue sacudida hoy por dos réplicas menos fuertes pero aún más destructivas que causaron al menos 15 muertos.
La mayoría de las víctimas son trabajadores de fábricas que no resistieron los nuevos movimientos de tierra que empezaron a las 09:00 horas (07:00 GMT).
Mientras los equipos de rescate se ponían en marcha, la tierra seguía temblando, sacudiendo los edificios y extendiendo el pánico entre los residentes.
Todo comenzó sobre las nueve. El canal de televisión de noticias Sky TG24 acababa de emitir un informe sobre las condiciones de vida en un campamento de refugiados tras el terremoto del 20 de mayo en la localidad de San Felice sul Panaro. El canal pasó a otros temas, pero de forma abrupta regresó a emitir desde el campamento.
Allí se veía a numerosas personas huyendo de las tiendas de campaña azules, que se sacudían. De fondo se oía un fuerte estruendo. Se trataba de la primera réplica, que tuvo una magnitud de 5,8, y a la que en las horas siguientes le sucedieron otras, entre ellas al menos una también por encima de 5,0 en la escala de Richter.
Según el Instituto Nacional de Geofísica y Vulcanología de Italia, el epicentro del principal sismo estuvo en Mirandola, cerca de la ciudad de Módena, a poca distancia de la sede de Ferrari en Maranello, donde fue interrumpida la producción.
Al principio no se hablaba de muertos, pero pronto el alcance de los daños fue haciéndose patente. "Algunas personas han quedado seputadas bajo escombros (...) Por ahora no puedo decir nada más", dijo el alcalde de San Felice sul Panaro, Alberto Silvestri.
La televisión mostró imágenes de fábricas que se derrumbaron, así como almacenes, y pilas de escombros en sitios donde había edificios que habían resultado dañados en el terremoto del 20 de mayo.
Como hace diez días, San Felice sul Panaro es una de las localidades más afectadas, donde murieron al menos tres trabajadores de una fábrica, pero también hay otras, como Cavezzo, donde falleció una mujer aplastada por los escombros en una planta de producción de muebles. Otros dos obreros murieron en San Giacomo Roncole, cerca de Mirandola.
También hubo mucha confusión. El primer ministro, Mario Monti, se dirigió a la opinión pública y prometió hacer todos los esfuerzos para "garantizar" la seguridad en las zonas afectadas.
El gobierno declaró el estado de emergencia tras el terremoto del 20 de mayo, que dejó a más de 5.000 personas sin hogar. Además, ya ha separado 50 millones de euros (64 millones de dólares) para los trabajos de reconstrucción, entre ellos para garantizar la seguridad de los edificios dañados y las carreteras. Monti también le dijo a las víctimas que estaba analizando rebajas de impuestos para ayudarlas a recuperarse.
Pero el impacto de las réplicas de hoy amenaza con aumentar la carga sobre los habitantes y dueños de negocios en una región próspera de Italia donde hay numerosas empresas pequeñas y medianas, muchas de ellas orientadas a la exportación de productos famosos como el queso parmesano o el vinagre balsámico.
"Este territorio es tan importante, tan especial y productivo para Italia", dijo hoy Monti. "Pido a los ciudadanos que tengan fe. El compromiso del Estado es garantizar que se hará todo lo posible de la forma mejor y más eficiente".
Luego de un terremoto hace una semana en la región de Emilia Romaña al norte de Italia, nuevamente hoy se fue afectada por un temblor más destructivas que causaron al menos 15 muertos.
El sismo se registró a las 09:00 horas (07:00 GMT) con una magnitud de 5,8. en la escala de Richter.
Según el Instituto Nacional de Geofísica y Vulcanología de Italia, el epicentro del principal sismo estuvo en Mirandola, cerca de la ciudad de Módena.
el sismo dejó como saldo hasta el momento al menos 16 muertos y 350 heridos
La televisión mostró imágenes de fábricas que se derrumbaron, así como almacenes, y pilas de escombros en sitios donde había edificios que habían resultado dañados en el terremoto del 20 de mayo.
Al principio no se hablaba de muertos, pero pronto el alcance de los daños fue haciéndose patente. "Algunas personas han quedado seputadas bajo escombros (...) Por ahora no puedo decir nada más", dijo el alcalde de San Felice sul Panaro, Alberto Silvestri.
Tres personas murieron en San Felice del Panaro en el derrumbe de una fábrica, dos en la localidad cercana de Mirandola, una en Concordia y otra en Finale, indicó el comandante de los carabineros de Módena, Salvatore Iannizzotto.