La pandemia por esta Covid-19 está cambiando muchas de nuestras costumbres y una de ellas es la de comer más sano, o mejor dicho, intentar comer más sano, que no es lo mismo, aunque se parezca. Por ejemplo, según una reciente encuesta de PiC Solution, el 72% de los españoles se preocupa más por su salud desde que comenzó la pandemia. Y en la salud una de las claves principales de la que no podemos olvidarnos es de lo que llaman el "segundo cerebro", microbiota o flora intestinal.
Como explica la Fundación Española del Aparato Digestivo (FEAD), una microbiota sana protege frente a gérmenes y refuerza el sistema inmunitario intestinal. Para cuidarla y protegerla el organismo aporta seis consejos: evitar el estrés, el tabaco, el alcohol y el sedentarismo; mantener una alimentación variada; intentar reducir el consumo de carne procesada; consumir alimentos fermentados; consumir grasas de buena calidad y, por último, cocinar los alimentos de forma saludable.
Dentro del apartado o del consejo número 4 (consumir alimentos fermentados), nos encontramos con los llamados probióticos, esto es, "fermentos vivos que podemos encontrar en algunos alimentos y son importantes porque ayudan a ir regenerando y a mantener saludable, nuestra microbiota o flora intestinal", afirma a EL ESPAÑOL Laura Arranz, doctora en alimentación y nutrición, farmacéutica y dietista-nutricionista.
Alimentos probióticos
Son muchos los alimentos que aportarían probióticos en nuestra dieta. Según enumera Arranz: las conservas vegetales como el chucrut, la remolacha fermentada, ciertos encurtidos y algunos quesos que tienen fermentos vivos. Pero es cierto que estos alimentos aportan una cantidad baja de probióticos y no serían fuentes tan importantes como lo son el yogur —sobre todo el yogur—, pero también el kéfir.
Ambos alimentos —yogur y kéfir— son los que tienen una mayor concentración de estos fermentos vivos y por ello, es importante tomarlos a diario y de forma regular en nuestra dieta. Veamos cómo podemos consumirlos, para tener cada día ese aporte de fermentos vivos que necesitamos
El yogur
Además del efecto probiótico que tiene en nuestro organismo, el yogur tiene múltiples beneficios. Por ejemplo, su consumo se asocia con un menor riesgo de obesidad o con un menor riesgo de padecer diabetes tipo 2. Pero no vale con tomar cualquier yogur, sino que es importante elegir uno que sea realmente beneficioso para nuestra salud porque, por desgracia, no todos los yogures que encontramos en la sección de lácteos del supermercado son saludables.
Es importante que el yogur que elijamos sea natural, entero y sin azúcar, el de toda la vida y además, el más barato. Puede ser también natural, sin azúcar y semidesnatado, pero no pasa nada porque el yogur sea entero ya que la grasa del yogur es una grasa buena y saludable. Estos son los tres mejores yogures para cuidar nuestra flora intestinal.
El kéfir
Parece un yogur, pero realmente no lo es. Lo que es cierto es que el kéfir —cada vez más de moda en nuestro país— es un probiótico (con textura de yogur) muy recomendable para proteger y cuidar nuestra flora intestinal. Contiene además menos cantidad de lactosa que el yogur por lo que puede ser un alimento más recomendable para las personas a las que la lactosa no les sienta bien, es decir, es algo más digestivo. Se puede encontrar en las secciones de lácteos y yogures del supermercado.
Con respecto a su consumo, es importante incluirlo de forma regular en nuestra dieta para obtener de él su efecto probiótico. Según explica Arranz, "podemos tomar al día hasta dos unidades de 125 gramos de kéfir". Por lo que "el yogur y el kéfir deberían estar diariamente en nuestra alimentación y alternar o variar entre ellos. Por ejemplo, podemos tomar un día uno o dos yogures, otro día podemos tomar un yogur y un kéfir y otro día, podemos tomar una o dos raciones kéfir. Variar entre ambos”, finaliza la experta.
Fuente: el español