El presidente Alan García expresó ayer su absoluta oposición a la posibilidad de legalizar el consumo de drogas y, por el contrario, ratificó que en lo que resta de su mandato habrá una lucha “en todos los frentes” contra ese flagelo.
Este combate se libra con persistencia e inteligencia, en áreas como la erradicación y sustitución de cultivos de coca, así como en el análisis y sanción del lavado de activos, explicó.
“El gobierno del Perú tiene una posición tajante: yo estoy absolutamente en contra de toda legalización de drogas”, expresó el Dignatario, en la inauguración de la Vigésima Reunión de Jefes de Organismos Nacionales Encargados de Combatir el Tráfico Ilícito de Drogas en América Latina y el Caribe.
En este acto, dijo que el ser humano “no puede ponerse de rodillas ante su propia impotencia”, ni puede confesar que, como no es capaz de detener a las drogas con sus sistemas de inteligencia, tecnología y represión, tiene que someterse a ellas.
“Creo que eso sería abrir el paso a la degradación de la especie humana, porque legalizando la marihuana como droga dulce pasaremos a legalizar la cocaína como droga dura, y finalizaremos legalizando también la eliminación de los ancianos, como en las viejas sociedades, porque ya no pueden contribuir a la producción”, indicó.
Evasión y retroceso
García Pérez aseguró que esta posición firme del Gobierno será mantenida hasta el 28 de julio de 2011 “aunque sean muy inteligentes y muy conocidos y ruidosos los que levanten la bandera de la legalización de las drogas”.
El Dignatario sostuvo que se enfrentará siempre a ellos porque, sin saberlo, “representan un poco el retroceso del ser humano en su camino hacia la libertad, que es básicamente el camino de su conciencia, es decir, utilizar sus capacidades sin necesidad de evasión a través de las drogas”.
Señaló que cuando la humanidad comienza a retroceder, lo hace hasta llegar a la barbarie fascista, así como hasta la eliminación de todo aquel que no es genéticamente como uno.
“Si comenzamos a retroceder en culpabilizar y sancionar los delitos, iremos borrando los códigos penales de delitos porque es más fácil no sancionar el crimen que perseguirlo”, aseveró.
Llamado a la acción conjunta
Una invocación a todos los gobiernos del continente a no declararse derrotados antes de tiempo y continuar en la batalla contra las drogas, que es difícil pero no imposible, formuló ayer el Jefe del Estado.
Refirió que, a veces, los países sienten que no avanzan mucho en este trabajo, pero expresó su confianza en que “antes de que caiga la noche habremos avanzado y ganado” esta batalla.
Alan García dijo que la única manera de combatir el tráfico ilícito de drogas y su consumo es mediante la acción colectiva, “sin secretos ni subterfugios”, y con una acción transparente de todos los gobiernos y organizaciones involucradas en este empeño.
Tema complejo
La producción y el consumo de drogas son temas complejos que exceden la capacidad de acción de los Estados y obligan a renunciar al viejo concepto de soberanía y frontera, para hacer efectiva la lucha contra ese flagelo, dijo Alan García. Asimismo, advirtió que se trata de un asunto que vincula no sólo a los gobiernos sino también a la sociedad misma que, muchas veces, actúa con complicidad o "hace oídos sordos".
Cita regional
La reunión inaugurada por el Presidente tiene como objetivo coordinar políticas que permitan enfrentar el flagelo de las drogas de manera integral, bajo el principio de responsabilidad compartida.
Además, es oportunidad para que nuestro país promueva y articule una estrategia común y logre concertar voluntades políticas que favorezcan la cooperación internacional en esta materia.
En el evento se difundirán experiencias peruanas como el modelo de desarrollo alternativo San Martín, el programa de prevención Habla Franco y el pacto ético de los partidos para evitar infiltraciones.
Entre 2007 y 2010, el Perú invirtió 140 millones de nuevos soles en labores de interdicción, patrullaje, decomiso, vigilancia y capacitación de jueces, fiscales y policías dedicados a combatir este delito.
Las recomendaciones e informes que se emitan al término de la reunión en Lima serán elevados a la Comisión de Estupefacientes de las Naciones Unidas, explicaron los organizadores.