Recibió su primer suero el pasado 8 de diciembre, apenas minutos después de Margaret Keenan, de 91 años. William Shakespeare, la segunda persona de Reino Unido en recibir la vacuna contra el coronavirus de Pfizer-BioNTech, falleció el pasado 20 de mayo por una enfermedad no relacionada con la Covid-19, según avanza BBC.
Según han anunciado medios británicos, el hombre de 81 años murió en el mismo hospital de Warwickshire en el que fue inmunizado contra el virus, tras un periodo en el que estuvo muy enfermo.
El pensionado inglés que en diciembre pasado se convirtió en el primer hombre en recibir la vacuna contra el coronavirus, falleció la semana pasada a los 81 años de edad. La concejal de la ciudad de Coventry, Jayne Innes, confirmó este martes el deceso de Shakespeare y señaló que falleció por causas que no tienen que ver con la vacuna.
“Muy triste al escuchar que nuestro amigo, el encantador Bill Shakespeare, ha fallecido. Bill será recordado por muchas cosas, incluido el gusto por las travesuras. Se convirtió en una sensación internacional como el primer hombre en recibir una vacuna anticoronavirus. Nuestras condolencias a su familia”, manifestó la concejal a través de un mensaje publicado en Facebook.
Shakespeare fue la segunda persona en el mundo en vacunarse en un hospital de esa localidad, el pasado 8 de diciembre, minutos después de Margaret Keenan, de 91 años. Tras vacunarse afirmó estar “encantado” por ser uno de los primeros y pidió a la ciudadanía que se podía relajar. Dijo además que esperaba que su cuerpo la recibiera de la mejor forma para sentirse más vital de lo que había estado durante la pandemia.
Desde el comienzo de la epidemia más de 167.197.690 personas contrajeron la enfermedad. La gran mayoría de los enfermos se recupera, pero una parte aún mal evaluada conserva los síntomas durante semanas o, incluso, meses.
Las cifras se basan en los reportes comunicados diariamente por las autoridades sanitarias de cada país y excluyen las correcciones realizadas a posteriori por los diferentes organismos de estadística que concluyen que la cantidad de decesos es mucho más importante.
La OMS estima incluso que si se tiene en cuenta la sobremortalidad vinculada al covid-19, directa e indirecta, el balance de la pandemia podría ser dos a tres veces más elevado que el registrado oficialmente.
Una parte importante de los casos menos graves o asintomáticos sigue sin detectarse a pesar de la intensificación del testeo en numerosos países.