Recientemente, la revista a BMJ Nutrition Prevention & Health publicó un estudio hecho en varios países que reveló que las dietas a base de plantas y o de pescado pueden ayudar a reducir las probabilidades de desarrollar una infección moderada a grave de COVID-19.
Los participantes formaban parte de una red global de profesionales sanitarios registrados en la red Survey Healthcare Globus sobre la investigación del mercado sanitario. Los investigadores utilizaron esta red para identificar a los médicos con alto riesgo de infección debido a su trabajo.
La encuesta en línea, que se desarrolló entre julio y septiembre de 2020, fue diseñada para obtener información detallada sobre los patrones dietéticos de los encuestados, basada en un cuestionario de frecuencia de varios alimentos durante el año anterior y la gravedad de cualquier infección por COVID-19 que tuvieran. El estudio también recopiló información sobre antecedentes personales, historial médico, uso de medicamentos y estilo de vida. Las diversas dietas se combinaron en vegetales, pescado y dietas bajas en carbohidratos y altas en proteínas.
Tras tener en cuenta variables como la edad, el origen étnico, la especialidad médica y el estilo de vida (tabaquismo, actividad física), se llegó a la conclusión de que aquellos que consumían una dieta basada en plantas tenían hasta un 73% menos de probabilidad de sufrir una infección por Covid-19 moderada o grave; por su parte, aquellos que seguían una dieta pescetariana tenían hasta un 59% menos de riesgo de enfermedad moderada o grave.
En la otra cara de la moneda, los que consumían una dieta baja en carbohidratos y alta en proteínas tenían casi 4 veces más probabilidades de sufrir una infección moderada o grave que los que serían una dieta basada en plantas.
Las dietas a base de plantas son ricas en nutrientes, vitaminas y minerales, todos los cuales son importantes para un sistema inmune saludable, mientras que el pescado es una fuente importante de vitamina D y ácidos grasos omega-3, los cuales tienen propiedades antiinflamatorias, subrayan los investigadores.
Según pudo explicar la licenciada en Nutrición Delfina Fahey (MP 3438), “una dieta basada en plantas apunta a una alimentación más consciente en la que se priorice el consumo de alimentos de origen vegetal. No es un plan estricto para adelgazar, sino una filosofía de vida para quienes desean seguir cuidar la salud y el medio ambiente. Esta propuesta se basa en incluir frutas, verduras, frutos secos, granos, legumbres y semillas, dejando aquellos productos de origen animal en proporciones muy pequeñas o nulas, de manera ocasional”.
“Todos los planes de alimentación basados en plantas son más sostenibles desde el punto de vista ambiental que los ricos en productos animales. La razón es que utilizan muchos menos recursos naturales, lo que conlleva un menor impacto al medio ambiente”, aseguró la especialista.
Fuente: https://www.infobae.com