La hipercolesterolemia o colesterol elevado es una afección que constituye un porcentaje importante de muertes a nivel mundial debido a factores relacionados con regimenes alimenticios inadecuados, excesivo consumo de tabaco, inactividad física, obesidad, edad, sexo y herencia genética, advirtieron especialistas del Instituto Nacional de Salud (INS) del Ministerio de Salud (Minsa).
Al respecto, la licenciada Rosa Victoria Salvatierra, del Centro Nacional de Alimentación y Nutrición (CENAN), aseguró que esto conlleva a contraer enfermedades crónicas no transmisibles como males cardiovasculares y cerebrovasculares (apoplejía) que pueden llevar a la muerte, sobre todo porque tiene asociación con otras enfermedades, como arterioesclerosis u obstrucción de las arterias, que producen un ataque cardiaco.
La nutricionista agregó que el riesgo de muerte aumenta cuando hay presión arterial alta, glucemia, elevado colesterol en la sangre, así como exceso de peso. Por ello exhortó a contar con la asesoría de un especialista para poder controlar este mal.
Recomendó tener una adecuada alimentación y no consumir mayormente productos de origen animal como carnes, huevos y lácteos, además de la comida rápida o “chatarra”, debido a que todos ellos tienen un nivel de colesterol demasiado elevado.
Cabe recordar que ser una persona obesa aumenta el riesgo de padecer enfermedades cardiacas, diabetes de tipo 2, hipertensión arterial, derrame cerebral, problemas respiratorios, artritis, enfermedades de la vesícula biliar, problemas de respiración al dormir, osteoartritis, y algunos tipos de cáncer.
Salvatierra afirmó que en el caso de la alimentación de los niños se está trabajando más en la prevención que en la recuperación, porque esta etapa es decisiva para poder formar un adulto con buenos hábitos alimentarios, sumado a un estilo de vida saludable relacionado con la actividad física.
Agregó que las bebidas gaseosas, néctares o refrescos, compuestos básicamente por azúcares, son una fuente rápida y concentrada de energía y su elevado consumo puede ocasionar un desequilibrio en la dieta y un deterioro de la calidad de alimentación del niño, no solo por la cantidad de calorías que proporciona sino por su alto contenido de colorantes, saborizantes artificiales y cafeína.
Según prevé la Organización Mundial de la Salud (OMS) para el 2015, unos 20 millones de personas habrán muerto anualmente por causa de alguna enfermedad cardiovascular, principalmente de un ataque cardiaco o accidente cerebrovascular.